PATATAS CON BACALAO
Madre: ¿qué hay para cenar?, patatas con bacalao; contestaba. Jolín otro vez, cada noche lo mismo… Es que antes, el menú era poco variado. Ahora el bacalao es un pescado caro y de lujo, pero antes el bacalao traído al pueblo por los vendedores ambulantes junto con los chicharros y las sardinas, era la alternativa a la carne, chorizo, tocino, jamón y tortilla de patatas. Pues no ha tapado hambre la humilde patata…En aquellos años no había medios de transportes para ir a Benavente a comprar sino era con la burra y no había más remedio que comprar los productos que llegaban al pueblo a través de vendedores ambulantes como el aceite que luego resultó ser de colza con las consecuencias conocidas. Lo mismo pasaba con otros productos que carecían de cualquier garantía. Pero era lo que teníamos y había que asumir el riesgo. También había pescado de río como truchas, tencas, barbos, carpas, cangrejos, ranas, etc. El bacalao estaba al alcance de cualquier bolsillo. Ya estaba la cena lista: patatas con bacalao. Lo difícil era encontrar el bacalao en las patatas. Con mucha suerte te tocaba una raspa o hueso, o un trozo de aleta de bacalao que lo roíamos y chupábamos como si fuera una golosina. La parte del lomo se guardaba para hacer bacalao a la cazuela con huevos cocidos y pimientos que estaban para chuparse los dedos. Sin duda que nuestras madres eran excelentes cocineras. Os aseguro, que muchos años después, aún sigo buscando el bacalao en las patatas… €1000io.
Madre: ¿qué hay para cenar?, patatas con bacalao; contestaba. Jolín otro vez, cada noche lo mismo… Es que antes, el menú era poco variado. Ahora el bacalao es un pescado caro y de lujo, pero antes el bacalao traído al pueblo por los vendedores ambulantes junto con los chicharros y las sardinas, era la alternativa a la carne, chorizo, tocino, jamón y tortilla de patatas. Pues no ha tapado hambre la humilde patata…En aquellos años no había medios de transportes para ir a Benavente a comprar sino era con la burra y no había más remedio que comprar los productos que llegaban al pueblo a través de vendedores ambulantes como el aceite que luego resultó ser de colza con las consecuencias conocidas. Lo mismo pasaba con otros productos que carecían de cualquier garantía. Pero era lo que teníamos y había que asumir el riesgo. También había pescado de río como truchas, tencas, barbos, carpas, cangrejos, ranas, etc. El bacalao estaba al alcance de cualquier bolsillo. Ya estaba la cena lista: patatas con bacalao. Lo difícil era encontrar el bacalao en las patatas. Con mucha suerte te tocaba una raspa o hueso, o un trozo de aleta de bacalao que lo roíamos y chupábamos como si fuera una golosina. La parte del lomo se guardaba para hacer bacalao a la cazuela con huevos cocidos y pimientos que estaban para chuparse los dedos. Sin duda que nuestras madres eran excelentes cocineras. Os aseguro, que muchos años después, aún sigo buscando el bacalao en las patatas… €1000io.