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QUIRUELAS DE VIDRIALES: ¡AY GORRIÓN, GORRIÓN!...

¡AY GORRIÓN, GORRIÓN!

Al hilo del comentario de sedere sobre pegas, pegos y gorriones, me centraré en este último. El gorrión común (Passer domesticus) es una especie de ave paseriforme de la familia de los gorriones. Es pequeño, está adaptado al hábitat urbano y acostumbrado a vivir cerca del ser humano, hasta el punto de ser el pájaro más frecuente y conocido. Se encuentra distribuido por todo el globo, aunque es originario de Eurasia y el Norte de África. Ha sido introducido por el ser humano en el resto de los continentes, a excepción de la Antártida. Pueden llegar a vivir 13 años en cautiverio, aunque normalmente pocos llegan a los 7 años en libertad. Pesa alrededor de 30 g y mide de 14 a 16 cm de longitud total, siendo los machos normalmente algo más grandes que las hembras. El gorrión común es de conformación robusta y tiene las patas cortas. Su pico es grueso, fuerte y cónico. El plumaje de la espalda es pardo, con manchas negras y rojizas. Los machos poseen una mancha negra en forma de babero que cubre parte del pecho y la garganta; la frente, coronilla y nuca son grises. Las hembras poseen unos colores más apagados que los machos; su cabeza es parda y las cejas son claras. Además, no poseen negro en la garganta, característica común de los machos. La cría, conocida como gurriato, es similar en su plumaje a la hembra. Forman parejas monógamas en cada estación de reproducción. Construyen los nidos en primavera, con hojas secas, plumas y restos de papel. Anidan en grietas de edificios, debajo de tejas o en troncos de coníferas. Los huevos son puestos en cualquier momento durante la primavera, pudiendo haber hasta 4 puestas, y en cada puesta de 4 a 5 huevos. Una vez que todos los huevos han sido depositados, tanto el macho como la hembra se encargan de incubarlos, turnándose cada pocos minutos. A los 10 días los polluelos rompen el cascarón, y a los 14 ya tienen plumas. Pueden llegar a ser muy agresivos con otras especies, ocupando o tapando nidos con polluelos recién nacidos. Suelen bajar al suelo en busca de comida caminando a saltos. Se alimentan de insectos y semillas, aunque también gustan de alimentarse de desperdicios producidos por el hombre, dada la cercanía con él. Protegen con agresividad el área alrededor del nido, tanto de otras especies como de individuos de su misma especie: los machos atacan a otros machos y las hembras hacen lo propio con otras hembras. En ambientes urbanos muestran mayor confianza hacia el hombre que en ambientes rurales. Tanto es así, que se ven dentro de los grandes centros comerciales. Siempre se encuentran cerca de lugares habitados, ya sean calles, parques o jardines, así como prados, huertas o granjas. Es un ave sedentaria, astuta e intrépida que el labrador no ve con buenos ojos. En el pueblo son muy abundantes y su caza y captura está prohibida; de ahí su proliferación. Forman parte del paisaje urbano y rural. Antaño, los niños y mozos solíamos cazarlos con pajareras. Los niños aprovechábamos los corrales, cuadras y portales especialmente cuando nevaba. Los mozos lo hacían en los numerosos pozos con noria que tenían el brocal de piedra. En las noches de invierno cuando los pardales iban a dormir para guarecerse del frío, ayudados de linternas y sacos, tapaban el pozo y descendían por la noria sigilosamente para atrapar a los incautos gorriones que dormían plácidamente. Luego, debidamente desplumados y chamuscados servían de merendola en la bodega. Actualmente prolifera otra especie de “gorriones o pardales” que se distribuyen a lo cargo y ancho de España. Me refiero a la clase política. ¡Ay gorrión, gorrión! €1000io