¿tienes una panaderĂ­a?

QUIRUELAS DE VIDRIALES: ME VOY A LA CAMA...

ME VOY A LA CAMA

Mamá y papá estaban viendo la televisón, cuando mi madre dijo: “estoy cansada, es tarde, me voy a la cama”. Fue a la cocina a preparar los bocadillos para el día siguiente. Puso en remojo los recipientes de las palomitas, sacó la carne del congelador para la cena del día siguiente, comprobó si quedaban bastantes cereales, llenó el azucarero, puso las cucharillas y los platos del desayuno en la mesa y dejó preparada la cafetera. Puso la ropa húmeda en la secadora, la ropa sucia en la lavadora, planchó una camisa de mi padre y cosió un botón, recogió los juguetes, puso a cargar el teléfono y guardó la guía telefónica. Regó las plantas, ató la bolsa de la basura y tendió una toalla. Bostezó, se desperezó y se fue al dormitorio. Se paró un momento para escribir una nota a la maestra, contó el dinero para la excursión y recogió un libro que había debajo de la silla. Firmó una felicitación para un amigo y escribió la dirección en el sobre. Escribió una nota para el charcutero y colocó todo junto a su bolso. A continuación se lavó la cara con las toallitas, se puso crema anti-arrugas, se lavó los dientes y limpió las uñas. Mi padre que estaba “espachurao” en el sofá, gritó: “ ¡pensaba que te estabas yendo a la cama!” “ ¡Estoy yendo!”, -dijo mi madre.- Pero antes, puso un poco de agua en el bebedero del perro y sacó el gato al balcón, cerró la puerta con llave y apagó la luz del portal. Dió una ojeada a los niños, les apagó las luces y la televisón, y un momento rezó por ellos, recogió una camiseta del suelo, echó los calcetines a la cesta de la ropa sucia y habló con uno de ellos que estaba todavía haciendo los deberes. En su habitación puso el despertador, preparó la ropa para el día siguiente, ordenó mínimamente los zapatos, añadió tres cosas a las seis de la lista de las cosas urgentes, y visualizó el alcance de sus propios objetivos antes de conciliar el sueño. En ese momento, mi padre se levantó del sofá, apagó el televisor y anunció: “ ¡me voy a la cama!”. Y lo hizo, sin otros pensamientos. Después de leer este relato os preguntareis: ¿Nada extraordinario?? Por qué las mujeres viven más tiempo que los hombres? La respuesta es muy sencilla. Porque las mujeres están hechas para los largos recorridos, y no se pueden morir antes porque tienen demasiadas cosas que hacer. En cambio, los hombres, con trabajar fuera, parece que todo lo tenemos hecho. Doy gracias a Dios por tenerte: madre, abuela, esposa, hijas, hermanas, buenas amigas, “mujeres maravillosas”. Hay que ver cómo son las mujeres. Como bien reza el dicho: “Es que madre sólo hay una”. €1000io