Volver a Q es encontrarnos en el recuerdo a nosotros mismos; volver a la fuente es...
"Aguardaré un poco. Todavía no beberé. Así sobreviene un nuevo motivo gustoso de apetecer el agua. Acude toda la fuente a mi sed; parece que emane sólo para mi boca; y no bebo. Nada me lo impide, sino que todo me solicita a beber; y no bebo. Claro que beberé cuando yo quiera. Ahora quiero, y yo mismo no me lo consiento. Es la delicia de contenerse en la delicia. La sed y el agua, tan cerca la una de la otra, aceptándose, resistida y codiciada, adquieren categoría de otras ansiedades que no hemos podido saciar... Las mejillas, los dientes, la lengua, la garganta, reciben una claridad, un goce, una inocencia de infancia fugazmente recuperada y, a la vez, nos penetra un viejo dolor..."
Prolongando el deseo nunca hasta el infinito. Sabiéndose sed saciada.
"Aguardaré un poco. Todavía no beberé. Así sobreviene un nuevo motivo gustoso de apetecer el agua. Acude toda la fuente a mi sed; parece que emane sólo para mi boca; y no bebo. Nada me lo impide, sino que todo me solicita a beber; y no bebo. Claro que beberé cuando yo quiera. Ahora quiero, y yo mismo no me lo consiento. Es la delicia de contenerse en la delicia. La sed y el agua, tan cerca la una de la otra, aceptándose, resistida y codiciada, adquieren categoría de otras ansiedades que no hemos podido saciar... Las mejillas, los dientes, la lengua, la garganta, reciben una claridad, un goce, una inocencia de infancia fugazmente recuperada y, a la vez, nos penetra un viejo dolor..."
Prolongando el deseo nunca hasta el infinito. Sabiéndose sed saciada.