DESCRIPCIÓN DEL ESPACIO LAGO DE SANABRIA (II)
Fauna:
Debido a la situación geográfica de la comarca sanabresa, la fauna del Parque presenta una variedad bastante grande. Existen dentro del Espacio Protegido más de 190 especies de vertebrados. De ellas, 7 especies de peces encuentran su hábitat en el lago, las lagunas, ríos y arroyos. Mención especial merece la trucha (Salmo trutta) por las considerables dimensiones que puede alcanzar en el lago y por su exquisito sabor; junto a ella la bermejuela, cacho, barbo,... Sobrevuelan este Parque Natural 142 especies de aves, de ellas 17 son rapaces diurnas como el águila real (Aquila chrysaetos), el halcón abejero (Pernis apivorus), halcón peregrino, ratonero común, cernícalo vulgar, búho real, junto a un sin número de pájaros, alguno de los cuales encuentran en esta zona su área de distribución más meridional, el alcaudón dorsirrojo, el escribano cerillo, el pechiazul. la perdiz pardilla, denominada localmente "charrela" se encuentran en los pastos de altura. Entre los bosques de roble, pueden verse el camachuelo común, el petirrojo, el arrendajo, la abubilla,... Los reptiles cuentan en Sanabria con más de 10 especies, entre ellas dos víboras: víbora norteña y víbora hocicuda, varias culebras: de collar, viperina, lisa meridional, lisa norteña, etc. Toda la zona resulta muy adecuada para la existencia y desarrollo de anfibios, dado el elevado número de zonas húmedas, se han contabilizado aquí 10 especies de anfibios entre ranas (rana listada, rana patilarga, ranita de San Antonio), tritones (tritón jaspeado, tritón palmeado) y salamandras (salamandra rabilarga y salamandra común). Por lo que respecta a los mamíferos, son 41 las especies presentes en esta comarca sanabresa, el escurridizo desmán de los Pirineos, varios mustélidos como la nutria, la marta, el armiño, la garduña, el tejón, son olvidar otros mamíferos de mayor talla: el corzo, el jabalí, el gato montés y, por supuesto, el emblemático Lobo, protagonista antaño de cuentos y leyendas y hoy cada vez más difícil de ver.
Geomorfología:
Durante las fases más frías del Cuaternario se establecen en Sanabria condiciones glaciares que afectaron notablemente al modelado de las montañas originadas en la Orogenia Herciniana y rejuvenecidas en el Terciario.
Las extensas acumulaciones de morrenas glaciares en toda la comarca indican que el fenómeno glaciar tuvo aquí una importancia y extensión notables. El límite de las nieves perpetuas se ha establecido en torno a los 1.600 m de altitud, lo que permitió que durante la glaciación del Würm en la altiplanicie de la sierra se establecieran grandes acumulaciones de hielo y nieve, originando un glaciar de meseta o casquete, del cual divergían largas y potentes lenguas de hielo encajadas en los anteriores valles fluviales.
Las modificaciones establecidas por la glaciación Würmiense van a variar, según se trate del altiplano de la Sierra, donde el hielo sobreexcavó las zonas de roca más débil, creando pequeñas cubetas en las que, al retirarse el hielo, se formaron lagunas, como Clara, el Cuadro, Mancas, el Payón. Otras se han creado por represamiento: Lagunas de Sotillo, la Yegua, Camposagrado, Patos..., También existen circos amplios donde se han establecido lagunas, como la de Lacillo. La sedimentación glaciar en esta meseta originó acumulaciones del tipo drumlin.
Los valles remodelados por el glaciar tienen la característica forma en "U", valles anchos y profundos cañones tallados en la dura roca plutónica. La principal lengua glaciar descendía desde el circo de Trevinca y la Survia, se encajaba por el valle del Tera, incrementando su espesor conforme se le iba agregando el hielo procedente de los pequeños circos y valles laterales. Al llegar al actual Ribadelago, esta lengua glaciar tenía casi 15 km de largo y un espesor de más de 300 m. Aquí, el glaciar del Tera recibía el aporte de las lenguas del Cárdena y del Segundera, incrementando aún más su potencia erosiva y excavando la cubeta que hoy alberga al Lago de Sanabria.
A la acción erosiva de los glaciares se une una importante labor de transporte de los materiales que recogen a lo largo de su cuenca receptora y que son englobados en la masa de hielo o transportados sobre su superficie. El principal sistema de morrenas que alberga el Parque se encuentra en lo que era el último tramo del glaciar principal; aguas abajo del Lago, la lengua glaciar se deshacía y se desplomaba, depositando allí durante milenios y en sucesivos arcos morrénicos concéntricos, ingentes cantidades de sedimentos de los más diversos tamaños: desde tierra y polvo hasta grandes bloques de granito. La mayoría de estas morrenas están datadas como Würmienses, aunque algunos restos pueden ser anteriores, del Riss.
Hace 10.000 años la glaciación terminó y la lengua glaciar se retiró dejando al descubierto amplios y profundos cañones, valles colgados, rocas aborregadas, estrías glaciares, morrenas y el elemento más característico del Parque Natural: el Lago de Sanabria, el mayor lago de la Península y el único de origen glaciar en nuestro país, junto a más de 20 lagunas diseminadas por la Sierra.
Paisaje:
El Parque comprende el mayor lago de la Península Ibérica y el único de origen glaciar, con 318,7 Ha y una profundidad máxima de 51 m, junto con numerosas lagunas y cañones demostrativos de la acción glaciar cuaternaria que unido a una exuberante vegetación de gran variedad en todos sus estratos y a innumerables cascadas, regatos..., hace que esta zona posea increíbles valores estéticos y paisajísticos.
Valores que justifican su declaración:
Fue creado en el año 1978 con el principal objetivo de preservar la morfología que esculpieron en sus rocas los glaciares cuaternarios, la riqueza de su flora y de su fauna y la pureza de las aguas del único lago glaciar de la Península Ibérica y de las más de 20 lagunas que componen, después del Pirineo, el conjunto lagunar más importante de la Península. Todo este entramado geomorfológico es un libro vivo donde se puede estudiar un fenómeno que, como el del glaciarismo, nos queda muy lejos en el tiempo y en la distancia.
Fauna:
Debido a la situación geográfica de la comarca sanabresa, la fauna del Parque presenta una variedad bastante grande. Existen dentro del Espacio Protegido más de 190 especies de vertebrados. De ellas, 7 especies de peces encuentran su hábitat en el lago, las lagunas, ríos y arroyos. Mención especial merece la trucha (Salmo trutta) por las considerables dimensiones que puede alcanzar en el lago y por su exquisito sabor; junto a ella la bermejuela, cacho, barbo,... Sobrevuelan este Parque Natural 142 especies de aves, de ellas 17 son rapaces diurnas como el águila real (Aquila chrysaetos), el halcón abejero (Pernis apivorus), halcón peregrino, ratonero común, cernícalo vulgar, búho real, junto a un sin número de pájaros, alguno de los cuales encuentran en esta zona su área de distribución más meridional, el alcaudón dorsirrojo, el escribano cerillo, el pechiazul. la perdiz pardilla, denominada localmente "charrela" se encuentran en los pastos de altura. Entre los bosques de roble, pueden verse el camachuelo común, el petirrojo, el arrendajo, la abubilla,... Los reptiles cuentan en Sanabria con más de 10 especies, entre ellas dos víboras: víbora norteña y víbora hocicuda, varias culebras: de collar, viperina, lisa meridional, lisa norteña, etc. Toda la zona resulta muy adecuada para la existencia y desarrollo de anfibios, dado el elevado número de zonas húmedas, se han contabilizado aquí 10 especies de anfibios entre ranas (rana listada, rana patilarga, ranita de San Antonio), tritones (tritón jaspeado, tritón palmeado) y salamandras (salamandra rabilarga y salamandra común). Por lo que respecta a los mamíferos, son 41 las especies presentes en esta comarca sanabresa, el escurridizo desmán de los Pirineos, varios mustélidos como la nutria, la marta, el armiño, la garduña, el tejón, son olvidar otros mamíferos de mayor talla: el corzo, el jabalí, el gato montés y, por supuesto, el emblemático Lobo, protagonista antaño de cuentos y leyendas y hoy cada vez más difícil de ver.
Geomorfología:
Durante las fases más frías del Cuaternario se establecen en Sanabria condiciones glaciares que afectaron notablemente al modelado de las montañas originadas en la Orogenia Herciniana y rejuvenecidas en el Terciario.
Las extensas acumulaciones de morrenas glaciares en toda la comarca indican que el fenómeno glaciar tuvo aquí una importancia y extensión notables. El límite de las nieves perpetuas se ha establecido en torno a los 1.600 m de altitud, lo que permitió que durante la glaciación del Würm en la altiplanicie de la sierra se establecieran grandes acumulaciones de hielo y nieve, originando un glaciar de meseta o casquete, del cual divergían largas y potentes lenguas de hielo encajadas en los anteriores valles fluviales.
Las modificaciones establecidas por la glaciación Würmiense van a variar, según se trate del altiplano de la Sierra, donde el hielo sobreexcavó las zonas de roca más débil, creando pequeñas cubetas en las que, al retirarse el hielo, se formaron lagunas, como Clara, el Cuadro, Mancas, el Payón. Otras se han creado por represamiento: Lagunas de Sotillo, la Yegua, Camposagrado, Patos..., También existen circos amplios donde se han establecido lagunas, como la de Lacillo. La sedimentación glaciar en esta meseta originó acumulaciones del tipo drumlin.
Los valles remodelados por el glaciar tienen la característica forma en "U", valles anchos y profundos cañones tallados en la dura roca plutónica. La principal lengua glaciar descendía desde el circo de Trevinca y la Survia, se encajaba por el valle del Tera, incrementando su espesor conforme se le iba agregando el hielo procedente de los pequeños circos y valles laterales. Al llegar al actual Ribadelago, esta lengua glaciar tenía casi 15 km de largo y un espesor de más de 300 m. Aquí, el glaciar del Tera recibía el aporte de las lenguas del Cárdena y del Segundera, incrementando aún más su potencia erosiva y excavando la cubeta que hoy alberga al Lago de Sanabria.
A la acción erosiva de los glaciares se une una importante labor de transporte de los materiales que recogen a lo largo de su cuenca receptora y que son englobados en la masa de hielo o transportados sobre su superficie. El principal sistema de morrenas que alberga el Parque se encuentra en lo que era el último tramo del glaciar principal; aguas abajo del Lago, la lengua glaciar se deshacía y se desplomaba, depositando allí durante milenios y en sucesivos arcos morrénicos concéntricos, ingentes cantidades de sedimentos de los más diversos tamaños: desde tierra y polvo hasta grandes bloques de granito. La mayoría de estas morrenas están datadas como Würmienses, aunque algunos restos pueden ser anteriores, del Riss.
Hace 10.000 años la glaciación terminó y la lengua glaciar se retiró dejando al descubierto amplios y profundos cañones, valles colgados, rocas aborregadas, estrías glaciares, morrenas y el elemento más característico del Parque Natural: el Lago de Sanabria, el mayor lago de la Península y el único de origen glaciar en nuestro país, junto a más de 20 lagunas diseminadas por la Sierra.
Paisaje:
El Parque comprende el mayor lago de la Península Ibérica y el único de origen glaciar, con 318,7 Ha y una profundidad máxima de 51 m, junto con numerosas lagunas y cañones demostrativos de la acción glaciar cuaternaria que unido a una exuberante vegetación de gran variedad en todos sus estratos y a innumerables cascadas, regatos..., hace que esta zona posea increíbles valores estéticos y paisajísticos.
Valores que justifican su declaración:
Fue creado en el año 1978 con el principal objetivo de preservar la morfología que esculpieron en sus rocas los glaciares cuaternarios, la riqueza de su flora y de su fauna y la pureza de las aguas del único lago glaciar de la Península Ibérica y de las más de 20 lagunas que componen, después del Pirineo, el conjunto lagunar más importante de la Península. Todo este entramado geomorfológico es un libro vivo donde se puede estudiar un fenómeno que, como el del glaciarismo, nos queda muy lejos en el tiempo y en la distancia.