En estas fiestas de la Novena siento nostalgia del pueblo, y para que este foro, en ausencia de Emilio, no se nos muera de inanición, ahí os envío una merendola o cena de las de antaño, como Dios manda. Las de Arzak, Ferrán Adriá, Arguiñano, etc, etc, son tonterías, hacedme caso.
¡Bendita tú seas entre todas las bodegas, y bendito sea, Andrés, el vino de tu tonel!
EN LA BODEGA DEL ABUELO ANDRÉS
¡Las sardinas a las brasas!
¡Que salga pronto la luna!
Se está aquí mejor que en casa,
merienda tampoco falta
y nos contenta la cuba.
-Siéntate junto al tonel/ y tira de la canilla:
¡Qué arte! ¡Qué maravilla!/ ¡Qué maña te das, Andrés!
Ya en su punto las sardinas,/ echa zumo de limón,
pincha el taco de tortilla,/ dame loncha de jamón.
¡Que esto parezca un tiovivo!/ ¡Que baile y baile el porrón!
- ¡Traed aquella sandía!/ - ¡Id preparando el melón!
Cuentecico, chascarrillo,/ corre que corre el vinillo
y alegre, casi ebrio, yo:
-La cebolla no me pica./ El pepino no repite.
Pues el tomate no es malo.
(El clarete del cubeto/ ni te cuento cómo mola)
La lechuga, escucha, tú: me ayuda en la digestión.
¡Toda la huerta en sazón!
- ¡Ahí te van, casi nada!/ ¡Mira, los pimientos fritos!
Pruébalos, dirás, " ¡qué ricos!"./ Verdes, tampoco son paja.
- ¡Oh! ¡Los torreznos! ¡Calientes! / Los tacharán de no sanos.
Sabrosos, tiernos, crujientes; / se deshacen en los dientes:
piden echar otro trago.
-"Si está la jarra vacía, / jamás se le ocurra a nadie
bajar a jugar al corro. / No se bebe vino a morro,
directo desde la cuba: se llena con tino a chorro.
Pulso fino, vigilad. / Muy atentos y nunca a locas,
no, por lo que más queráis: / se derramarán las gotas,
nadie se pondrá las botas / y el menda acaba hasta el gorro.
El rábano por las hojas / no vaya nadie a coger:
aquí se viene a comer/ charlar y pasar la tarde;
mirar cómo el mañizo arde, / y no a beber por beber.
Ninguno se llame a engaño. / A ver, los del biberón:
¡Os dije a chorro, no a caño! / si no, ¡al río a darse un baño!
Todo con moderación."
A oscuras yo descendí / empinado callejón;
prevenido, mas caí, / rodé y embestí un barril:
suerte fue, sólo un chinchón.
Sin queja y fuerte con dolor, / a tientas logré subir
y acerté a decirle a Andrés: / ¿No pusiste allí el candil?
¿Cómo es que aparecen tres?
Luego el lance medité: / Por qué jugarse la vida.
Vale más bajar a gatas / aunque sea una gran lata,
que no tragarte la viga.
Estas que tengo a la izquierda/ hacen un brindis al cielo;
saludan a las estrellas, lanzan a la luna un beso.
-No tentéis tanto la cuba/ que se va a poner rabiosa,
y en vez de daros clarete/ os dé mosto y gaseosa.
- ¡Cómo estaba la tortilla!
-Y el chorizo... ¿era manco?
Justo antes de la sandía / y el melón, ¡menuda pinta!,
cato el queso zamorano:
(Cómo está no os lo digo, me lo quitáis de la mano).
¿Y la hogaza? ¡Que se acaba!...
Jandro, que sigue soplando.
¿Y Lorenza? ¡Que revienta!
Eva, según le convenga
y Chago... ¡que bebe el trago!
- ¿Sobran algunas sardinas? / Hay en la parrilla dos.
Naveguen a mi barriga / y ¡hasta mañana, cuadrilla!
¡Las de la vergüenza son!
-Lo dicho, a recoger, ¡hala! / Mañana será otro día.
El gato roa la espina / y el can siga con la raspa.
-Aún se me olvida algo. / Chago, espera un momento:
Los ojos al cielo alzo, / bebo un último trago,
grande, muy largo y pienso:
”Dices muy alegremente, / porque a ti te da la gana,
¡hala! y ¡hasta mañana! / Yo, hasta el año que viene”.
-Se nos olvida también / recitar el salmo a coro.
Saca el extintor, Andrés, / juntos lo entonemos todos
que para saber beber...
(Y a las humeantes brasas, desfilan en procesión
maestro de ceremonias es Andrés, el anfitrión.)
"Tras un misterioso vuelo
desde la cepa a la cuba,
de ésta a la jarra y al cuerpo;
¡salte a las ascuas del suelo!,
¡vuelva a la tierra, la uva,
y apague la sed y el fuego!"
¡Bendita tú seas entre todas las bodegas, y bendito sea, Andrés, el vino de tu tonel!
EN LA BODEGA DEL ABUELO ANDRÉS
¡Las sardinas a las brasas!
¡Que salga pronto la luna!
Se está aquí mejor que en casa,
merienda tampoco falta
y nos contenta la cuba.
-Siéntate junto al tonel/ y tira de la canilla:
¡Qué arte! ¡Qué maravilla!/ ¡Qué maña te das, Andrés!
Ya en su punto las sardinas,/ echa zumo de limón,
pincha el taco de tortilla,/ dame loncha de jamón.
¡Que esto parezca un tiovivo!/ ¡Que baile y baile el porrón!
- ¡Traed aquella sandía!/ - ¡Id preparando el melón!
Cuentecico, chascarrillo,/ corre que corre el vinillo
y alegre, casi ebrio, yo:
-La cebolla no me pica./ El pepino no repite.
Pues el tomate no es malo.
(El clarete del cubeto/ ni te cuento cómo mola)
La lechuga, escucha, tú: me ayuda en la digestión.
¡Toda la huerta en sazón!
- ¡Ahí te van, casi nada!/ ¡Mira, los pimientos fritos!
Pruébalos, dirás, " ¡qué ricos!"./ Verdes, tampoco son paja.
- ¡Oh! ¡Los torreznos! ¡Calientes! / Los tacharán de no sanos.
Sabrosos, tiernos, crujientes; / se deshacen en los dientes:
piden echar otro trago.
-"Si está la jarra vacía, / jamás se le ocurra a nadie
bajar a jugar al corro. / No se bebe vino a morro,
directo desde la cuba: se llena con tino a chorro.
Pulso fino, vigilad. / Muy atentos y nunca a locas,
no, por lo que más queráis: / se derramarán las gotas,
nadie se pondrá las botas / y el menda acaba hasta el gorro.
El rábano por las hojas / no vaya nadie a coger:
aquí se viene a comer/ charlar y pasar la tarde;
mirar cómo el mañizo arde, / y no a beber por beber.
Ninguno se llame a engaño. / A ver, los del biberón:
¡Os dije a chorro, no a caño! / si no, ¡al río a darse un baño!
Todo con moderación."
A oscuras yo descendí / empinado callejón;
prevenido, mas caí, / rodé y embestí un barril:
suerte fue, sólo un chinchón.
Sin queja y fuerte con dolor, / a tientas logré subir
y acerté a decirle a Andrés: / ¿No pusiste allí el candil?
¿Cómo es que aparecen tres?
Luego el lance medité: / Por qué jugarse la vida.
Vale más bajar a gatas / aunque sea una gran lata,
que no tragarte la viga.
Estas que tengo a la izquierda/ hacen un brindis al cielo;
saludan a las estrellas, lanzan a la luna un beso.
-No tentéis tanto la cuba/ que se va a poner rabiosa,
y en vez de daros clarete/ os dé mosto y gaseosa.
- ¡Cómo estaba la tortilla!
-Y el chorizo... ¿era manco?
Justo antes de la sandía / y el melón, ¡menuda pinta!,
cato el queso zamorano:
(Cómo está no os lo digo, me lo quitáis de la mano).
¿Y la hogaza? ¡Que se acaba!...
Jandro, que sigue soplando.
¿Y Lorenza? ¡Que revienta!
Eva, según le convenga
y Chago... ¡que bebe el trago!
- ¿Sobran algunas sardinas? / Hay en la parrilla dos.
Naveguen a mi barriga / y ¡hasta mañana, cuadrilla!
¡Las de la vergüenza son!
-Lo dicho, a recoger, ¡hala! / Mañana será otro día.
El gato roa la espina / y el can siga con la raspa.
-Aún se me olvida algo. / Chago, espera un momento:
Los ojos al cielo alzo, / bebo un último trago,
grande, muy largo y pienso:
”Dices muy alegremente, / porque a ti te da la gana,
¡hala! y ¡hasta mañana! / Yo, hasta el año que viene”.
-Se nos olvida también / recitar el salmo a coro.
Saca el extintor, Andrés, / juntos lo entonemos todos
que para saber beber...
(Y a las humeantes brasas, desfilan en procesión
maestro de ceremonias es Andrés, el anfitrión.)
"Tras un misterioso vuelo
desde la cepa a la cuba,
de ésta a la jarra y al cuerpo;
¡salte a las ascuas del suelo!,
¡vuelva a la tierra, la uva,
y apague la sed y el fuego!"