Ofertas de luz y gas

QUIRUELAS DE VIDRIALES: LA VENDIMIA...

LA VENDIMIA

Antaño, vendimiar era diferente. Se implicaba toda la familia, amigos y conocidos de forma desinteresada. La vendimia se convertía en un acontecimiento social, en una fiesta popular. Actualmente, la vendimia se ha comercializado y ya no depende de los vendimiadores, sino de los compradores y de los camiones que vienen para llevarse las uvas. Por la mañana se cargaba el carro con los “talegones” (talegas de mimbre de 1 metro de altura), se uncían las vacas, se enganchaban al carro, se montaban los vendimiadores y, a los bacillares. Una vez en la viña, se distribuían los talegones entre los linios y se iniciaban las labores de la vendimia. En parejas y provistos de trinchetes y navajas, se comenzaba la vendimia. Se iban llenando las talegas con los racimos que luego se depositaban en los talegones. Cuando se acababa el bacillar, los talegotes se cargaban en el carro y para otra viña. Los talegones repletos de uvas, pesaban lo suyo por lo que era necesario que entre dos personas le ayudaran a un tercero a colocarlos a la espalda para cargarlos en el carro. Llegada la hora de comer, todos los vendimiadores se colocaban en corro buscando el lugar adecuado para protegerse del sol o del frío, sentados encima de una piedra para comer los típicos pimientos asados, las sardinas o chicharros en lata, bacalao, tocino, chorizo y jamón, todo regado con el vino de la cosecha del año anterior a cargo del propietario de la viña. A la comida también se apuntaban las pesadas moscas y avispas que de alguna forma había que distraer para que no se posaran en los alimentos. Luego se continuaba la vendimia hasta que el carro estaba cargado para llevarlo a la bodega y vaciar los talegones por la zarcera para que las uvas cayeran al lagar. De nuevo a los bacillares para seguir con la vendimia. Antes se encerraban todas las uvas para hacer el vino que se metía en grandes cubas de roble. Hoy, el sistema ha cambiado. Se vendimian las uvas en cajas de plástico para ser llevadas en los tractores a los camiones. Durante la temporada que dura la vendimia, la actividad y trasiego de personas y tractores es incesante, sobre todo al atardecer que llena por completo la zona de El Frontón y de La Báscula, de tal manera que la cola de tractores que esperan para descargar las cajas, traspasa el Camino de Zamandrano. Es inimaginable la cantidad de tractores que hay en el pueblo. Se podrían contar miles de anécdotas de la vendimia de entonces, (las carreras de las liebres, las cagaleras, las lagareadas, las bromas, cánticos, etc.), pero para no alargarme no lo hago. Sólo quiero dejar constancia del cambio de costumbres de antaño y hogaño. €1000io