¡Esto se va animando!, Emilio. Suele decirse que nunca segundas partes fueron buenas, el anterior relato serviría de contraejemplo. No sé dónde, pero hay algún matiz que lo hace diferente al que yo recordaba de la primera versión. Ahora no hablas de oídas, estoy convencido de que lo has visto con tus ojos o incluso has llegado a participar en ese pequeño milagro de la conversión de la uva en vino. Digo yo que todavía quedarán bastantes que sigan haciendo su propio vinín en el cubeto, aunque sea al modo barbecho, un año sí y otro no. Lo más censurable de todas esas viejas prácticas que nos cuentas es el "BAUTIZABA", ¡hombre, eso no, nunca, jamás! Ya se lo advertía aquel sabio a su hermana: " ¡No eches agua, Inés, al vino, no se escandalice el vientre!". Es engañarse a uno mismo -si eres tú el que lo bebes- o a los demás: aquellos paisanos picarones que se la daban con queso, trampa y cartón a los vinateros. (Hace tiempo varios de la boina me informaron sobre esto). A la larga nos desprestigia, es pan para hoy y hambre para mañana. Recordemos lo ocurrido con la Cooperativa benaventana desaparecida, tuvo que cerrar: siempre hacía vino, daba igual que el año fuese malo y sin uvas. Así salía. Saludos a todos, feliz vendimia.