Seis siglos de devoción
Rabanales venera la reliquia de su patrono san Blas para ganar las indulgencias concedidas por el papa Clemente XI en el año 1414
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Un grupo de jóvenes bailan luciendo sus trajes regionales.
Foto Ch. S.
MULTIMEDIA
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CHANY SEBASTIÁN
Los vecinos y emigrantes de Rabanales se vistieron ayer de gala para honrar a su venerable patrono san Blas. Niños, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, nadie quiso perderse la ancestral cita con el protector contra los males de garganta al que ya se lleva venerando alrededor de 600 años.
Los actos comenzaron con la procesión abierta por el «mayordomo de la Iglesia de San Salvador», Saturnino Martín Ratón, portando la cruz de plata, y los «mayordomos de San Blas», Manolín Faúndez Rivas, Domingo Ferrero Cruz y José Del Prado Santos, con las varas. Tras ellos San Blas llevado en andas por varios hombres seguidos de todos los devotos. Este año la novedad estuvo en el acompañamiento con lo mejor del folclore de la tierra alistanatrasmontana a ritmo de dulzaina y tamboril, bailándose durante el desfile una jota medieval y luciéndose los bellos trajes típicos de manteos, jubones y gabachas.
Al finalizar la santa misa el párroco Teo Nieto dio a besar la reliquia de san Blas acudiendo hijos, padres y abuelos en busca de la protección divina. Otro de los actos más llamativos fue el «Ramo de San Blas» elaborado por sus mayordomas (las mujeres de los mayordomos) a base de ricos y sabrosas dulces y naranjas.
La festividad de san Blas en Rabanales es una de las más antiguas en España. Al menos, que se tenga constancia escrita, lleva celebrándose de manera ininterrumpida desde hace ya 597 años. El día 4 de diciembre de 1414 el Santo Padre Clemente XI, que entonces ocupaba como papa el Sillón de Pedro, concedía la bula a los cofrades de Rabanales la cual caló muy hondo entre todos los alistanos.
La devoción de San Blas no sólo se centraba en Rabanales sino en otros pueblos de la contorna. En el libro más viejo de la cofradía, en 1717 se daba cuenta de que entre los cofrades había personas también de Grisuela, Ufones, Alcañices, Matellanes, San Juan del Rebollar, Mellanes, Ceadea y Fradellos a demás de Rabanales.
La bula de Clemente XI concedía siete años y «siete querentesnas de perdón» en cada uno de los días señalados para visitar la capilla, confesarse y comulgar: san Blas (3 de febrero), san Fernando (30 de mayo), san Agustín (28 de agosto), san Simón (28 de octubre) y san Silvestre (31 de diciembre).
Entre los motivos de indulgencia plenaria y remisión de todos los pecados estaba la de aquellos cofrades que «hiciesen las paces con sus enemigos» o acudiesen a enterrar a los muertos y rezasen por los enfermos. En el «Libro Viexo» se atestigua que en 1538 en la iglesia de San Salvador ya estaba la reliquia. Rabanales revivió la tradición y reafirmó la devoción y fe a su siempre querido patrón san Blas.
Rabanales venera la reliquia de su patrono san Blas para ganar las indulgencias concedidas por el papa Clemente XI en el año 1414
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Un grupo de jóvenes bailan luciendo sus trajes regionales.
Foto Ch. S.
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CHANY SEBASTIÁN
Los vecinos y emigrantes de Rabanales se vistieron ayer de gala para honrar a su venerable patrono san Blas. Niños, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, nadie quiso perderse la ancestral cita con el protector contra los males de garganta al que ya se lleva venerando alrededor de 600 años.
Los actos comenzaron con la procesión abierta por el «mayordomo de la Iglesia de San Salvador», Saturnino Martín Ratón, portando la cruz de plata, y los «mayordomos de San Blas», Manolín Faúndez Rivas, Domingo Ferrero Cruz y José Del Prado Santos, con las varas. Tras ellos San Blas llevado en andas por varios hombres seguidos de todos los devotos. Este año la novedad estuvo en el acompañamiento con lo mejor del folclore de la tierra alistanatrasmontana a ritmo de dulzaina y tamboril, bailándose durante el desfile una jota medieval y luciéndose los bellos trajes típicos de manteos, jubones y gabachas.
Al finalizar la santa misa el párroco Teo Nieto dio a besar la reliquia de san Blas acudiendo hijos, padres y abuelos en busca de la protección divina. Otro de los actos más llamativos fue el «Ramo de San Blas» elaborado por sus mayordomas (las mujeres de los mayordomos) a base de ricos y sabrosas dulces y naranjas.
La festividad de san Blas en Rabanales es una de las más antiguas en España. Al menos, que se tenga constancia escrita, lleva celebrándose de manera ininterrumpida desde hace ya 597 años. El día 4 de diciembre de 1414 el Santo Padre Clemente XI, que entonces ocupaba como papa el Sillón de Pedro, concedía la bula a los cofrades de Rabanales la cual caló muy hondo entre todos los alistanos.
La devoción de San Blas no sólo se centraba en Rabanales sino en otros pueblos de la contorna. En el libro más viejo de la cofradía, en 1717 se daba cuenta de que entre los cofrades había personas también de Grisuela, Ufones, Alcañices, Matellanes, San Juan del Rebollar, Mellanes, Ceadea y Fradellos a demás de Rabanales.
La bula de Clemente XI concedía siete años y «siete querentesnas de perdón» en cada uno de los días señalados para visitar la capilla, confesarse y comulgar: san Blas (3 de febrero), san Fernando (30 de mayo), san Agustín (28 de agosto), san Simón (28 de octubre) y san Silvestre (31 de diciembre).
Entre los motivos de indulgencia plenaria y remisión de todos los pecados estaba la de aquellos cofrades que «hiciesen las paces con sus enemigos» o acudiesen a enterrar a los muertos y rezasen por los enfermos. En el «Libro Viexo» se atestigua que en 1538 en la iglesia de San Salvador ya estaba la reliquia. Rabanales revivió la tradición y reafirmó la devoción y fe a su siempre querido patrón san Blas.
Esta foto no es de Chany Sebastian. Simplemente se ha apropiado de lo que no es suyo