Nunca se sabe en el pueblo cuando va a llegar una buena conversación. Sales a pasear y en el momento y sitio más insospechados... llegan unas vecinas y ¡zas!, te amenizan la tarde y te transmiten parte de su simpatía. Claro que en este caso es fácil... son muy majas y simpáticas y... de verbo fácil, je je.