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RIEGO DEL CAMINO: Qué razón tienes! Esas noches han sido incréibles,...

Qué tiempo tan feliz, que nunca olvidare, creo que fueron las mejores fiestas de Agosto, venían de todos los pueblos al baile, y había un ambiente genial. Tampoco existían las peñas y todos estábamos mas unidos, no como ahora metidos en esos garitos, de los que solo salen en contadas ocasiones y no se ve gente solo en el desfile de disfraces, pero con el tiempo todo cambia no sé si esto de ahora es lo bueno, pero yo añoro lo de antes.
Y que me decís y las luminarias que se hacían por todo el pueblo y recorríamos para ver cual era la mejor (por supuesto era la nuestra)

Maral que te da un sincope.
estas fiestas no fueron las primeras. Me parece se celebraron dos años antes las primeras.
Las LUMINARIAS A San Roque...
ATROPABAMOS todo lo que se pudiese quemar, traiamos cardos de las tierras, yerba seca... Recuerdo una vez, Prudencio nos dio una COLLERA vieja ¡como ahumaba ¡

Formabamos cola para saltar la hoguera y deciamos: "VIVA SAN ROQUE SI VIENE LA PESTE QUE NO NOS TOQUE"
Hasta las doce no se prendia.
¡Cuanta juventud ¡¿y niños? Todos en las calles, familias enteras.
¡Nunca se prendio fuego ¡
Tipo a las hogueras de San Juan de ahora.
¿que luminaria era la tuya?
En la nuestra estabamos: Las casas de Segis, Gabriel, Teodoro, Gorgonio, Lazaro, Romualdo, Mauricio, Tobias, Prudencio, Bautista, Pepe, Rosa y Rosita. Como eran muchos jovenes, se añadian otros o por amistad entre chicos o por rondar a las chicas que eran muchas en ese corro.

Hasta hace unos pocos años Felipe y el hermano de Mari Luz hacían la luminaria. Para mis hijos, pequeños aún, era el eje central del verano. Tomábamos chocolate con galletas y se freían torreznos en nuestra calle. Baudilia, Amparo y algunas personas más cuyo nombre no me viene a la cabeza... también colaboraban. Tomasón llevaba brazadas de maderas y palos y las arrojaba a la hoguera como si nada. Cuando los chavalucos se ponían pesados con los palos y las brasas... Tomás levantaba su voz de tenor -- ¡CHAVALES!- y se hacía el silencio momentaneamente hasta que los críos, incansables, REMEGIAN de nuevo. Juan Carlos, Maria Inés, Alejandro, Victor, Marian... venían al olor de la fritanga y cambiaban el chocolate por su compañía y una buena conversación. Felipe se hizo mayor, la Guardia Civil se puso pesada, la gente comenzó a murmurar los peligros que tenía hacer fuego en verano.... Cuando hablábamos de hacer la luminaria de nuevo, siempre había alguien que conocía a alguien que habá sido sancionado por hacer fuego, por eso... todo se fue enfriando demasiado. Los chavales lo echan de menos todavía. Eleni, Andoni y Nerea, Cristina, Mercedes y Tomás, también lo añoran. Manolo saltaba la hoguera cantando la frase que conocéis. Todavía estaban Josefa, Pepe y la madre de Manolo. ¿Veis? valorando de nuevo la ausencia... NO ESCARMIENTO.

Qué razón tienes! Esas noches han sido incréibles, y sí, nos tomabamos buén chocolate. Y el orujo? Caía también no, Patxi? Pero por encima de todo, la compañía y la conversación era lo mejor.