Fabri: Un tipo interesante, sin duda. El otro día fui a casa de Fabri para comprar su libro y que me lo dedicara. Allí, camino de su casa, coincidí con Jere y su mujer, los padres de María y Pedro, que iban a lo mismo. Fabri fue muy amable, lo mismo que su mujer, nos trató cojonudamente y nos agasajó con un vino excelente que había producido hace poco. Jere no bebió pero yo no pude negarme.
Después de mostrarnos su corral (de auténtica exposición), nos enseñó sus herramientas, todas ellas perfectamente ordenadas y alineadas, su colección de aperos de labranza y unos arados casi centenarios. De todo ello tomé cumplida nota en forma de fotografías que os adjunto. Posteriormente nos mostró un tractor, que según sus propias palabras fue de los primeros que llegaron a Riego. Nos habló de lo que supuso para el pueblo, y para él mismo, la mecanización del campo. Hasta entonces... ya sabéis, todo era mula y arado. También se paró en hablar de dos carros que eran una preciosidad.
Como nos vio como con prisa, pasó a sentarnos a su mesa y nos habló del trabajo ímprobo que había supuesto para él el escribir su libro: montones de cuartillas escritas a bolígrafo, con una caligrafía más que aceptable, el paso a máquina, con su Olivetti, de las cuartillas escritas a mano y, finalmente, su paso al ordenador de las hojas escritas a máquina por parte de su hijo Fabri. Eso es labor en equipo, sí señor. También nos comentó lo mal que lo pasó en la presentación de su libro y de todo lo que tuvieron que insistirle para que así lo hiciera. Me da la sensación de que Fabri es un señor tímido, es un tímido interesante que este Verano va a ser un auténtico superventas. He leído parte de su libro y os digo que, con una prosa bastante buena, las gentes de Riego se ven reflejadas en su totalidad: giros, refranes, palabras de Tierra de Campos, fotografías, anécdotas, compañeros y amigos aparecen y desaparecen con rapidez, dotando al libro de una frescura y de un vigor que te obligan a seguir leyendo.
Sí señor, sin duda Fabri es un tipo interesante. Cuidemosle. Yo ya tengo mi libro dedicado... ¿y vosotros?
Después de mostrarnos su corral (de auténtica exposición), nos enseñó sus herramientas, todas ellas perfectamente ordenadas y alineadas, su colección de aperos de labranza y unos arados casi centenarios. De todo ello tomé cumplida nota en forma de fotografías que os adjunto. Posteriormente nos mostró un tractor, que según sus propias palabras fue de los primeros que llegaron a Riego. Nos habló de lo que supuso para el pueblo, y para él mismo, la mecanización del campo. Hasta entonces... ya sabéis, todo era mula y arado. También se paró en hablar de dos carros que eran una preciosidad.
Como nos vio como con prisa, pasó a sentarnos a su mesa y nos habló del trabajo ímprobo que había supuesto para él el escribir su libro: montones de cuartillas escritas a bolígrafo, con una caligrafía más que aceptable, el paso a máquina, con su Olivetti, de las cuartillas escritas a mano y, finalmente, su paso al ordenador de las hojas escritas a máquina por parte de su hijo Fabri. Eso es labor en equipo, sí señor. También nos comentó lo mal que lo pasó en la presentación de su libro y de todo lo que tuvieron que insistirle para que así lo hiciera. Me da la sensación de que Fabri es un señor tímido, es un tímido interesante que este Verano va a ser un auténtico superventas. He leído parte de su libro y os digo que, con una prosa bastante buena, las gentes de Riego se ven reflejadas en su totalidad: giros, refranes, palabras de Tierra de Campos, fotografías, anécdotas, compañeros y amigos aparecen y desaparecen con rapidez, dotando al libro de una frescura y de un vigor que te obligan a seguir leyendo.
Sí señor, sin duda Fabri es un tipo interesante. Cuidemosle. Yo ya tengo mi libro dedicado... ¿y vosotros?