Ayer me dejé caer por Riego. Sin duda el día mereció la pena. Había un sol radiante cuando llegué yo, allá por el mediodía. Pasé por la tienda de Lorenzo para recoger una lotería que había reservado y unas magdalenas. Allí estaban Lorenzo y Custodia, junto a dos clientas y Rafa que entraba y salía, como en el Verano, como el pasado año, como.... siempre. Lorenzo, con su ordenador de a bordo, una especie de cuaderno de bitácora donde apunta las mezclas de pimentón y sal... necesarias para que los chorizos cojan color... y sabor. Oye Lorenzo, a mi dame ni muy dulce ni muy picante... Oye Custodia pon tres gramos más que si no la mezcla no sale bien... (Inmenso tesoro el cuadernito dichoso. Es como la bola de cristal de Sauron. Si Lorenzo perdiera el cuaderno... en Riego se acababan las matanzas, je je). Como siempre, como si el tiempo se hubiera detenido. Un segundo mágico... joder, ¡qué a gusto se estaba!
En fin, como decía, visita de relojero, podé unos arbolitos del corral, tomé un café en el JB y raudo a mi casa. A pesar de las prisas aún me dió tiempo a tirar unas fotos a un anochecer mágico en las lagunas de Villafáfila. Esperé 15 minutos a que el sol encarnara el horizonte y cuando lo tuve a tiro... zas. Uno de esos anocheceres de Invierno que sólo se dan en la comarca de la Lampreana.
Ah, los que vayáis en el puente no dejéis de visitar las lagunas. Tienen el agua justa pero los patos están repostando por cientos.
Chao
En fin, como decía, visita de relojero, podé unos arbolitos del corral, tomé un café en el JB y raudo a mi casa. A pesar de las prisas aún me dió tiempo a tirar unas fotos a un anochecer mágico en las lagunas de Villafáfila. Esperé 15 minutos a que el sol encarnara el horizonte y cuando lo tuve a tiro... zas. Uno de esos anocheceres de Invierno que sólo se dan en la comarca de la Lampreana.
Ah, los que vayáis en el puente no dejéis de visitar las lagunas. Tienen el agua justa pero los patos están repostando por cientos.
Chao