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Hola:
Se acabó lo bueno. Hoy mi jefe me ha llamado varias veces. Ya lo ha venido haciendo a lo largo de la semana, al principio timidamente, después aumentó la dosis, hoy... sin comentarios. No he tenido tiempo de hacerme la cura pre-vuelta al trabajo. Este año no voy a tener síndrome post vacacional y mi jefe ha tenido la culpa. El mes en Riego ha tenido de todo, como siempre. Lo bueno de las vacaciones en el pueblo es que jamás te decepcionan. Mucho corral, mucho paseo, pocas pero buenas relaciones personales... Viajes a Zamora, a Benavente, a los pueblos de los alrededores... y mucho, mucho descanso. A medio mes... las fiestas, frenesí de música, ron y niños, eso sí, niños a punta pala. También siestas, muchas siestas, hasta que llega el lechero o el frutero o el afilador, o... mi prima, porque cuando estás en la siesta con Morfeo, siempre llega alguien, pitando desaforadamente. Por la mañana... el palomo tocando las narices a las palomas y el rebaño de las siete. A las ocho... llegan mis hijos de las fiestas que toquen, primero uno y después el otro. Es curioso pues siendo de la misma cuadrilla, siempre llegan uno después del otro. Para esa hora, mi cuñada ya hace un rato que lleva haciendo café, clink, clink, clink, ruido de vasos, cucharas, el grifo, pasos... muchos pasos. Luego llega alguien preguntando por Nerea, más tarde llega alguien pregunta por Ander, luego alguien por Iñigo, más tarde vuelve el primer alguien diciendo que le digamos a Nerea que le espera en la tienda de Lorenzo..... Grrrrrrrrrrrrrrr. ¿Y todavía preguntáis por qué me gusta la tranquilidad de Riego?
Ja ja. Agur.
Se acabó lo bueno. Hoy mi jefe me ha llamado varias veces. Ya lo ha venido haciendo a lo largo de la semana, al principio timidamente, después aumentó la dosis, hoy... sin comentarios. No he tenido tiempo de hacerme la cura pre-vuelta al trabajo. Este año no voy a tener síndrome post vacacional y mi jefe ha tenido la culpa. El mes en Riego ha tenido de todo, como siempre. Lo bueno de las vacaciones en el pueblo es que jamás te decepcionan. Mucho corral, mucho paseo, pocas pero buenas relaciones personales... Viajes a Zamora, a Benavente, a los pueblos de los alrededores... y mucho, mucho descanso. A medio mes... las fiestas, frenesí de música, ron y niños, eso sí, niños a punta pala. También siestas, muchas siestas, hasta que llega el lechero o el frutero o el afilador, o... mi prima, porque cuando estás en la siesta con Morfeo, siempre llega alguien, pitando desaforadamente. Por la mañana... el palomo tocando las narices a las palomas y el rebaño de las siete. A las ocho... llegan mis hijos de las fiestas que toquen, primero uno y después el otro. Es curioso pues siendo de la misma cuadrilla, siempre llegan uno después del otro. Para esa hora, mi cuñada ya hace un rato que lleva haciendo café, clink, clink, clink, ruido de vasos, cucharas, el grifo, pasos... muchos pasos. Luego llega alguien preguntando por Nerea, más tarde llega alguien pregunta por Ander, luego alguien por Iñigo, más tarde vuelve el primer alguien diciendo que le digamos a Nerea que le espera en la tienda de Lorenzo..... Grrrrrrrrrrrrrrr. ¿Y todavía preguntáis por qué me gusta la tranquilidad de Riego?
Ja ja. Agur.