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RIEGO DEL CAMINO: Hola Gloria. Hay dos trazos de tu relato que, esteticamente,...

hola. mis abuelos nacieron y murieron en ¨Riego del Camino¨. Se llamaban Francisco Reguilón y María Nogueras. Murieron a finales de los años 40. Dejaron 4 huérfanos: Martín, Pedro, Santos y Vicenta (mi madre).
Estoy buscando registros de nacimiento, defunción, boda, fotos, recuerdos...
Agradeceré cualquier ayuda.

Me dice mi ama que tu padre es de Pajares y tu madre de Riego hna de la madre de Monica la mujer de Hermipio. Que teniais una tienda en el pueblo. Que digo yo que igual si te dirijes al párroco será el que te pueda mandar documentación y quizás contactando con Mónica tendrás fotos... lo único cuando volvamos al pueblo preguntar y te comentamos algo

Lo primero, muchísimas gracias por tu rápida respuesta.
Me imagino que cuando haces referencia a mi padre y a mi madre, te refieres a mis abuelos. Supongo que no tendreis ni idea de como contactar con el párroco del pueblo. También me encantaría si recordaseis el nombre de la madre de Mónica, que quiero entender que viven en el pueblo.
Comentaros que los 4 hermanos emigraron a Bilbao, y deduzco que un montón de gente del pueblo por los nombres que leo en los mensajes z tu "ama".
muchisimos besos y gracias otra vez
Coral.

Hola, Coral! Yo también le he preguntado a mi madre, que tiene ahora 82 años, y me ha dicho que se acuerda muy bien de tus abuelos. Recuerda que tu abuela era una mujer muy guapa, y tu abuelo era delgado (ella así los recuerda...) Como dice muy bien Elena, tenían una tienda en su casa, con un gran mostrador detrás del cual había sacos de arroz y azúcar... y un biombo que lo separaba de la trastienda. Mi madre entonces era muy jovencita, y cuando iba a la tienda con una "botija" para que tus abuelos le echaran aceite, ella se quedaba maravillada ante un enorme baúl que tenían en la entrada... (me ha explicado incluso cómo se abría). También recuerda el fallecimiento de los dos. Siento aportarte solamente recuerdos... En Riego hay matrimonios mayores que seguramente te podrán dar más datos, y sobre todo Mónica. Yo voy a ir a Riego este finde y le preguntaré a todo pitxitxi que vea por ahí. Ah! el apellido de mi madre es Nogueras, como el de tu abuela... y es que en aquellos tiempos medio pueblo estaba emparentado. Si a la vuelta puedo aportarte más información, te lo haré saber. Un abrazo!

Es curioso. Leyendo a Gloria (también me ha pasado leyendo a Fraguas), tengo la sensación de que nuestras vidas, monótonas y grises, están sustentadas a base de recuerdos. En realidad... sólo somos recuerdos. Era aquel el país del no-do, un país en blanco y negro, de sabores fuertes, de olor a jabón lagarto, a campo... olor a hierba mojada cuando llovía. ¿No os pasa a vosotros? El olor que hay en un aula de niños pequeños es el mismo en todos los sitios... olor a niño pequeño, a colonia Nenuco, flequillo repeinado y mojado... olor a viejo, olor a Varon Dandy, a alcanfor.... Olores, sabores.... a sopas de ajo, con picante, mucho picante, comprado en la tienda de Lorenzo, olor a ultramarinos.... blanco y negro... y grises, muchos grises. Recuerdos de la guerra, arrugas, un asomo de lágrimas. Cierras los ojos y te transportas allí.... ¿no os pasa? Las tiendas de coloniales, sacos de garbanzos que se venden al peso, vino o aceite en grandes garrafones o en barricas que se vende por cuartillos. Ventas a crédito, una alacena con las cartillas de lo que se fía. Cada familia paga cuando el dinero llega a casa. Zapatillas con suela de esparto, arenques ahumados en una caja redonda que no se acaba nunca, cucuruchos de canela, nuez moscada o especias varias, compradas a granel. Hoy es fiesta, mi madre ha comprado flanín. La cera. Nuestra abuela pasando una bayeta con los pies encerando el suelo durante horas. Aquel sofá, el primero, cubierto con paños para que durara más, ah! y todos sentados en sillas (el sofá no se toca). La Carta de Ajuste, el "Vamos a la cama que hay que descansar que....", Valentina, el Capitán Tan, el Tío Aquiles y Locomotoro... En aquel país, que era el nuestro, todo se ofrecía a granel, hasta el cariño. ¿Lorenzo, me da un cuartillo de cariño por favor? Mi madre me dice que el cariño de ayer estuvo bien pero que hoy quiere el que usted tiene guardado para las grandes ocasiones. Ah, y me lo apunta por favor.
Buenas noches y que descansen bien. Mañana será otro día.

Joe, Patxi! Yo quería añadir algún otro recuerdo... pero a ver quién se atreve a escribir algo detrás de ti! En fin, ahí va: Recuerdo cuando íbamos a la escuela de Riego en invierno, siendo muy pequeños. En una mano llevábamos bien agarrada una pequeña pizarra con un marquito de madera de donde colgaba un trapillo a modo de borrador... Y digo "bien agarrada" porque cuando se te caía siempre se partía, y después era imposible escribir con el pizarrín sobre aquellas puñeteras roturas... En la otra mano, colgando de un alambre a modo de asa, llevábamos una lata de escabeche llena de brasas recién sacadas del brasero... yo la ponía debajo del pupitre, bien cerquita de mis pies... era lo único que podía mitigar el frío que se pasaba en aquella enorme escuela en los duros meses de invierno (bueno, puede que la escuela no fuera tan grande, sino que nosotros éramos muy pequeños...) Joe! parecíamos niños sacados de una novela de Dickens, vestidos humildemente, pero a diferencia de aquellos éramos felices porque nos daban mucho amor en casa... Lo mejor de todo llegaba en el recreo cuando salíamos a la calle y volteábamos las latas al aire, dibujando círculos, para avivar el fuego de las brasas... Allí no pasaba algo porque Dios no quería... A que es de alucine! Esto, y montarnos en el trillo tirado por la mula mientras el señor Secundino trillaba la era, son los únicos recuerdos que me faltan en ese fantástico relato tuyo. Todo lo demás lo has clava'o. Enhorabuena!

Hola Gloria. Hay dos trazos de tu relato que, esteticamente, son brutales y que reflejan como nada la época que vivimos hace ya... la pera de años. La pizarra, artefacto diabólico, que siempre estaba mellada y que al escribir con las tizas, casi siempre rotas, daba dentera. La lata con las brasas... sencillamente demoledor. Es como un cuadro costumbrista del mejor Delibes, digo Delibes por no ir tan lejos y por no dar la rzón siempre a los americanos.