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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: Toros sí, al menos yo...

Toros sí, al menos yo

Jamás entro en el debate toros sí, toros no. Es una discusión imposible. Las posiciones son irreconciliables. La única diferencia es que yo tengo que respetar a los antitaurinos y ellos me insultan y me escupen a la puerta de la plaza de toros de León llamándome asesino. Por empezar por algún sitio, niego la mayor. Los toros no son una barbarie. Sé que a algunos les puede molestar la afirmación, pero los toros, en el mejor sentido de la palabra, son cultura. Picasso, Goya y muchos intelectuales los defendieron, y también a ellos hay que saber respetarles. Es verdad que tienen un componente sangriento, pero a mí también me gustaría que para comer un filete de Mercadona no hubiera que matar un animal en el matadero. Vivimos en una sociedad donde cada vez menos queremos ver el sufrimiento. La gente ya no muere en casa. Muere en un hospital donde ya nadie les visita cuando están para palmar. Vivimos en una sociedad que ya quiere ver los chorizos y los salchichones hechos, sin saber del cerdo que muere desangrado. Nos gusta el pollo de corral, aunque se escalde vivo para quitarle mejor las plumas. Y ahora, además, vemos los toros como si los que fueran a la plaza fueran todos españolistas y del PP, porque a Zapatero no le gustan. Las plazas de toros son uno de los pocos lugares donde impera la democracia. La primera oreja es siempre del publico.

Ahora, una amplia corriente los quiere prohibir en Cataluña. Por mí, si no los quieren, que los quiten, pero me gustaría que los mismo políticos que lo defienden se negaran a esos espectáculos cutres de los ‘boux al carrer’, con brea encendida en los cuernos y exaltados sin respeto ninguno. Pero de eso no dicen nada. No lo dicen porque casi todos los espectáculos de este tipo se celebran en municipios gobernados por Esquerra Republicana de Cataluña. La Fiesta de los toros tiene que adaptarse al siglo XXI. Ha perdido razones para subsistir y tiene que empezar a cambiar. Lo ha hecho a lo largo de los últimos 200 años, desde Pedro Romero hasta la colocación del peto en la suerte de varas. Francia, el país de la libertad, está dando una lección al arcaico mundo de mafiosos que se mueve alrededor de los toros en España. Pero una cosa es la Fiesta y otra los protagonistas de la Fiesta. El que quiera que no vaya, pero yo seguiré yendo.

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