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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: ARTÍCULO COPIADO...

ARTÍCULO COPIADO

Se lió en menos que canta un gallo. Fue una auténtica batalla campal. Hora: entre las cuatro y media y las cinco de la tarde. Lugar: la explanada que hay junto al lago de la Casa de Campo. En este lugar, cientos de inmigrantes de origen iberoamericano se reúnen los fines de semana. Cocinan, montan barbacoas y venden lo que guisan. Eso está prohibido. Una patrulla de la Policía Municipal, de las que habitualmente vigila la zona, les advierte de lo que están haciendo y procede a requisar los alimentos.
A los inmigrantes no les gusta la recriminación. De repente, un grupo de entre cincuenta y sesenta de ellos, según fuentes municipales, comienza a proferir insultos a los agentes y empiezan a agredirles a base de pedradas, principalmente. En un momento determinado, los agresores se parapetan en un montículo cercano a la explanada del lago. Al final, cuatro policías heridos —uno de ellos se llevó un golpe en la cabeza y recibió varios puntos de sutura—, y cuatro inmigrantes detenidos que fueron trasladados a la comisaría de Chamberí donde prestaron declaración.
La Policía Municipal lleva meses muy atenta a lo que ocurre en este lugar. No hay forma. Aquí los inmigrantes venden comida incumpliendo así la normativa municipal, regional e incluso europea en materia de seguridad alimentaria. También la relativa a ocupación del espacio público.
Ayer, volvió a repetirse la triste historia. Cuando los agentes intentaron convencer a los inmigrantes de que lo que hacían era ilegal, el ambiente —de comida y bebida— ya estaba caldeado. La lluvia de insultos y pedradas fue casi instantánea.
Por mucho que los agentes municipales les querían hacer ver a los inmigrantes que «esto no se puede hacer», ninguno parecía entrar en razón. Así las cosas, los policías proceden a requisar lo cocinado y otros artículos alimenticios porque, además, se estaban contraviniendo también las normas en materia de venta ambulante.
Ante la reacción de los inmigrantes, los agentes se ven obligados a pedir refuerzos, tanto a sus compañeros de cuerpo como a la Policía Nacional que envía al lugar una dotación de la Unidad de Intervención Policial (UPI), es decir, los antidisturbios.
A esas alturas de la trifulca, también se había dado aviso al servicio sanitario municipal de emergencia, el Samur, que acudió rápido al lugar de los hechos.
Como queda dicho, en esta batalla campal, cuatro agentes municipales resultaron heridos de distinta consideración. Los primeros auxilios les fueron prestados por parte del Samur. Uno de estos agentes tuvo que ser trasladado a un centro sanitario por haber recibido un fuerte golpe en la cabeza que precisó varios puntos de sutura.
Los cuatro inmigrantes detenidos lo están por agresión a la autoridad, alteración del orden público, resistencia a la autoridad y, al parecer, también por negarse a ser identificados. Según las mismas fuentes municipales, fueron trasladados a la comisaría de Chamberí para prestar declaración y para dar inicio a las correspondientes diligencias.
Normas incumplidas
En el lugar de los hechos se habían dado cita ayer cientos de inmigrantes que, como cada fin de semana, acuden «a pasar el día». Desde hace meses, las autoridades municipales les advierten de que está prohibido cocinar y vender, después, lo guisado. No suelen hacer caso. Incumplen muchas normativas no sólo sanitarias sino, además, de salubridad alimenticia, eso sin olvidar las de ocupación del espacio público y sobre la venta ambulante.
Cerca de 60 inmigrantes agreden a los policías que les impiden cocinar y vender guisos en la Casa de Campo. Hay 4 agentes heridos y 4 detenidos tras la batalla campal
MARIA ISABEL SERRANO / MADRID
Día 20/09/2010 - 11.13h
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Se lió en menos que canta un gallo. Fue una auténtica batalla campal. Hora: entre las cuatro y media y las cinco de la tarde. Lugar: la explanada que hay junto al lago de la Casa de Campo. En este lugar, cientos de inmigrantes de origen iberoamericano se reúnen los fines de semana. Cocinan, montan barbacoas y venden lo que guisan. Eso está prohibido. Una patrulla de la Policía Municipal, de las que habitualmente vigila la zona, les advierte de lo que están haciendo y procede a requisar los alimentos.

A los inmigrantes no les gusta la recriminación. De repente, un grupo de entre cincuenta y sesenta de ellos, según fuentes municipales, comienza a proferir insultos a los agentes y empiezan a agredirles a base de pedradas, principalmente. En un momento determinado, los agresores se parapetan en un montículo cercano a la explanada del lago. Al final, cuatro policías heridos —uno de ellos se llevó un golpe en la cabeza y recibió varios puntos de sutura—, y cuatro inmigrantes detenidos que fueron trasladados a la comisaría de Chamberí donde prestaron declaración.
La Policía Municipal lleva meses muy atenta a lo que ocurre en este lugar. No hay forma. Aquí los inmigrantes venden comida incumpliendo así la normativa municipal, regional e incluso europea en materia de seguridad alimentaria. También la relativa a ocupación del espacio público.
Ayer, volvió a repetirse la triste historia. Cuando los agentes intentaron convencer a los inmigrantes de que lo que hacían era ilegal, el ambiente —de comida y bebida— ya estaba caldeado. La lluvia de insultos y pedradas fue casi instantánea.
Incumplen normas sibre seguridad alimentaria y venta ambulante
Por mucho que los agentes municipales les querían hacer ver a los inmigrantes que «esto no se puede hacer», ninguno parecía entrar en razón. Así las cosas, los policías proceden a requisar lo cocinado y otros artículos alimenticios porque, además, se estaban contraviniendo también las normas en materia de venta ambulante.
Ante la reacción de los inmigrantes, los agentes se ven obligados a pedir refuerzos, tanto a sus compañeros de cuerpo como a la Policía Nacional que envía al lugar una dotación de la Unidad de Intervención Policial (UPI), es decir, los antidisturbios.
A esas alturas de la trifulca, también se había dado aviso al servicio sanitario municipal de emergencia, el Samur, que acudió rápido al lugar de los hechos.
Sube el tono
La batalla sube de tono y las piedras hacia los policías municipales vuelan desde varios puntos. Los agentes repelen, como pueden, la agresión hasta que al final se hacen con la situación y logran detener a cuatro de los inmigrantes iberoamericanos. Según ha podido saber ABC, cuando llegaron los antidisturbios de la Policía Nacional la situación estaba más o menos controlada y no llegaron a intervenir directamente pero sí para apoyar anímicamente a sus compañeros de la Policía Municipal.
Cuatro agentes municipales resultaron heridos de distinta consideración
Como queda dicho, en esta batalla campal, cuatro agentes municipales resultaron heridos de distinta consideración. Los primeros auxilios les fueron prestados por parte del Samur. Uno de estos agentes tuvo que ser trasladado a un centro sanitario por haber recibido un fuerte golpe en la cabeza que precisó varios puntos de sutura.
Los cuatro inmigrantes detenidos lo están por agresión a la autoridad, alteración del orden público, resistencia a la autoridad y, al parecer, también por negarse a ser identificados. Según las mismas fuentes municipales, fueron trasladados a la comisaría de Chamberí para prestar declaración y para dar inicio a las correspondientes diligencias.
Normas incumplidas
En el lugar de los hechos se habían dado cita ayer cientos de inmigrantes que, como cada fin de semana, acuden «a pasar el día». Desde hace meses, las autoridades municipales les advierten de que está prohibido cocinar y vender, después, lo guisado. No suelen hacer caso. Incumplen muchas normativas no sólo sanitarias sino, además, de salubridad alimenticia, eso sin olvidar las de ocupación del espacio público y sobre la venta ambulante.
Desde el Ayuntamiento se insiste en que tales incumplimientos no son sólo de las normas municipales. Lo son, por descontado, de las directrices nacionales y europeas donde se establecen los requisitos sobre la manipulación de alimentos, su preparación, su venta y el necesario cumplimiento de los requisitos sanitarios y de higiene.
Lo que pocos esperaban es que un llamamiento al civismo y al sentido común provocara, ayer, un altercado a pedrada limpia