La OTAN está asumiendo gradualmente un mayor peso en las operaciones
militares en Libia, pero las persistentes declaraciones contradictorias de sus países miembros evidencian las profundas divisiones que suscita la intervención decidida casi en último momento por la ONU.
Después de días de intensas negociaciones, los aliados acordaron entregar a la OTAN la responsabilidad de la zona de exclusión
aérea en Libia, destinada a impedir que vuelen los aviones del líder Muamar Gadafi, a cargo hasta ahora
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