La moda es un negocio millonario. Veloz, voraz y global. El 'caso Galliano' ha disparado el interés por los diseñadores: geniales, polémicos y rebeldes. Nos acercamos a su compleja relación con la industria a través de sus conversaciones con 'El País Semanal' en la última década.
Valentino viaja en jet privado con sus siete perros, de la misma raza y bautizados con nombres que empiezan por M. Sea de noche o de día, Karl Lagerfeld no se quita las gafas de sol en público y, cumplidos los sesenta, decidió aparcar su abanico y adelgazar para embutirse en los trajes de Hedi Slimane, pensados para anatomías adolescentes. Martin Margiela no se dejó fotografiar ni una sola vez en sus más de 20 años de carrera; jamás se le vio el rostro o concedió una entrevista. Christian Dior era supersticioso hasta la manía y no daba un paso sin consultar a su vidente. Como él, Coco Chanel odiaba la soledad, y todas las noches cruzaba la calle para dormir en el hotel Ritz en lugar de en su apartamento. A los 45 años, Tom Ford ya le había encargado al arquitecto Tadao Ando la construcción de un mausoleo en su rancho de Santa Fe (Nuevo México) para su descanso eterno, junto a su pareja y sus mascotas. La originalidad que hace genial a un diseñador, a veces, lleva pareja una cierta extravagancia.
DISEÑADORES
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Las casas familiares se han convertido en multinacionales
Hay que nutrir las cuentas de resultados y el creciente interés mediático
"Donde antes había dos temporadas, ahora hay más de 20
"Parte del éxito está en el engranaje del creativo con un buen gestor"
¿Demasiada presión o excesiva permisividad con los caprichos?
Lo creativo debe convivir ahora con las exigencias de un negocio multimillonario. En los últimos 20 años, las casas de costura y marroquinería familiares se han convertido en grandes multinacionales. Marcas que venden más de 2.000 millones de euros al año (como Gucci, Chanel, Louis Vuitton, Hermès...) cotizan en Bolsa, emplean a miles de personas en todo el mundo y se organizan en poderosos grupos. Los resultados del mayor de ellos, Louis Vuitton Moët Hennesy (LVMH), han aupado a su presidente hasta el séptimo puesto en la lista Forbes de los hombres más ricos del mundo en 2010. El primer europeo.
No es solo cuestión de dinero. Además de
Valentino viaja en jet privado con sus siete perros, de la misma raza y bautizados con nombres que empiezan por M. Sea de noche o de día, Karl Lagerfeld no se quita las gafas de sol en público y, cumplidos los sesenta, decidió aparcar su abanico y adelgazar para embutirse en los trajes de Hedi Slimane, pensados para anatomías adolescentes. Martin Margiela no se dejó fotografiar ni una sola vez en sus más de 20 años de carrera; jamás se le vio el rostro o concedió una entrevista. Christian Dior era supersticioso hasta la manía y no daba un paso sin consultar a su vidente. Como él, Coco Chanel odiaba la soledad, y todas las noches cruzaba la calle para dormir en el hotel Ritz en lugar de en su apartamento. A los 45 años, Tom Ford ya le había encargado al arquitecto Tadao Ando la construcción de un mausoleo en su rancho de Santa Fe (Nuevo México) para su descanso eterno, junto a su pareja y sus mascotas. La originalidad que hace genial a un diseñador, a veces, lleva pareja una cierta extravagancia.
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Las casas familiares se han convertido en multinacionales
Hay que nutrir las cuentas de resultados y el creciente interés mediático
"Donde antes había dos temporadas, ahora hay más de 20
"Parte del éxito está en el engranaje del creativo con un buen gestor"
¿Demasiada presión o excesiva permisividad con los caprichos?
Lo creativo debe convivir ahora con las exigencias de un negocio multimillonario. En los últimos 20 años, las casas de costura y marroquinería familiares se han convertido en grandes multinacionales. Marcas que venden más de 2.000 millones de euros al año (como Gucci, Chanel, Louis Vuitton, Hermès...) cotizan en Bolsa, emplean a miles de personas en todo el mundo y se organizan en poderosos grupos. Los resultados del mayor de ellos, Louis Vuitton Moët Hennesy (LVMH), han aupado a su presidente hasta el séptimo puesto en la lista Forbes de los hombres más ricos del mundo en 2010. El primer europeo.
No es solo cuestión de dinero. Además de