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Un vendedor ambulante debe abonar al Real Madrid 2.500 euros por 80 pijamas falsos
El zamorano, que elude un año de cárcel al llegar a un acuerdo con el club y la Fiscalía, habría obtenido menos de 400 euros por las prendas
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Varias mujeres buscan artículos para comprar en el mercadillo.
Foto L. O. Z.
SUSANA ARIZAGA
Vender prendas falsificadas en el mercadillo resulta cada vez más arriesgado: Las grandes marcas son insaciables. De ello puede dar buena fe un vendedor ambulante zamorano que tendrá que indemnizar nada menos que al Real Madrid con una cantidad nada despreciable: 2.500 euros. Su delito: Transportar en su furgoneta 80 pijamas con el anagrama de uno de los dos clubs de fútbol más importantes del país cuando regresaba del mercadillo dominical de la vecina Salamanca.
El zamorano hizo el agosto, ya que la mercancía que a él le hubiera reportado un beneficio inferior a los 400 euros, de haber vendido todas las prendas, se convirtió en cuestión de segundos en una carga, puesto que, a la hora de peritar lo que el Real Madrid habría dejado de ingresar con tal acción delictiva, esa cuantía se multiplica por seis. Sin duda el zamorano recordará ese domingo como uno de los más negros de su vida y, desde luego, una jornada laboral nada productiva.
Más paradójico resulta aún que el afamado equipo deportivo «no tiene pijamas oficiales a la venta», explicaba ayer su abogado, llegado desde Madrid, al concluir la vista oral en el Juzgado de lo Penal que no llegó a celebrarse al llegar a un acuerdo el abogado del vendedor con el letrado del club y el fiscal. Eso libró al procesado de una condena con cárcel, puesto que éstos solicitaban un año de prisión y, si bien no habría entrado en prisión, habría acumulado antecedentes penales.
El ya condenado por infringir la Ley de Propiedad Intelectual, cuyo nombre responde a las iniciales de J. S. J., debe abonar además una multa 90 euros por no haber sido escrupuloso con el cumplimiento de la normativa vigente, de lo contrario se le impone un día de cárcel por cada dos cuotas sin pagar, según recoge la sentencia dictada ayer por la magistrada en el acto del juicio.
La acusación, el letrado del Real Madrid, exigió la destrucción de los artículos intervenidos por la Guardia Civil, lo que se hace habitualmente con objetos falsificados y con droga requisadas durante una acción policial. El hombre fue interceptado en 2008 por los agentes de la Benemérita a la altura de Morales del Vino, donde «se colocaban muchos domingos porque sabían que veníamos del mercadillo para registrar las furgonetas», en busca de los que estuvieran falsificados. «Yo no pensé que hacía nada malo», aseguraba ayer tras escuchar su condena, «sabía que no podía vender prendas de Adidas, pero del Real Madrid no tenía idea».
El abogado del club resaltó las importantes pérdidas que tienen por la venta de artículos de imitación, actividad ilícita contra la que actúan de forma continua, con registros incluso en las inmediaciones del campo de fútbol cuando hay partidos y los vendedores ambulantes tratan de beneficiarse de ello.
Un vendedor ambulante debe abonar al Real Madrid 2.500 euros por 80 pijamas falsos
El zamorano, que elude un año de cárcel al llegar a un acuerdo con el club y la Fiscalía, habría obtenido menos de 400 euros por las prendas
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Varias mujeres buscan artículos para comprar en el mercadillo.
Foto L. O. Z.
SUSANA ARIZAGA
Vender prendas falsificadas en el mercadillo resulta cada vez más arriesgado: Las grandes marcas son insaciables. De ello puede dar buena fe un vendedor ambulante zamorano que tendrá que indemnizar nada menos que al Real Madrid con una cantidad nada despreciable: 2.500 euros. Su delito: Transportar en su furgoneta 80 pijamas con el anagrama de uno de los dos clubs de fútbol más importantes del país cuando regresaba del mercadillo dominical de la vecina Salamanca.
El zamorano hizo el agosto, ya que la mercancía que a él le hubiera reportado un beneficio inferior a los 400 euros, de haber vendido todas las prendas, se convirtió en cuestión de segundos en una carga, puesto que, a la hora de peritar lo que el Real Madrid habría dejado de ingresar con tal acción delictiva, esa cuantía se multiplica por seis. Sin duda el zamorano recordará ese domingo como uno de los más negros de su vida y, desde luego, una jornada laboral nada productiva.
Más paradójico resulta aún que el afamado equipo deportivo «no tiene pijamas oficiales a la venta», explicaba ayer su abogado, llegado desde Madrid, al concluir la vista oral en el Juzgado de lo Penal que no llegó a celebrarse al llegar a un acuerdo el abogado del vendedor con el letrado del club y el fiscal. Eso libró al procesado de una condena con cárcel, puesto que éstos solicitaban un año de prisión y, si bien no habría entrado en prisión, habría acumulado antecedentes penales.
El ya condenado por infringir la Ley de Propiedad Intelectual, cuyo nombre responde a las iniciales de J. S. J., debe abonar además una multa 90 euros por no haber sido escrupuloso con el cumplimiento de la normativa vigente, de lo contrario se le impone un día de cárcel por cada dos cuotas sin pagar, según recoge la sentencia dictada ayer por la magistrada en el acto del juicio.
La acusación, el letrado del Real Madrid, exigió la destrucción de los artículos intervenidos por la Guardia Civil, lo que se hace habitualmente con objetos falsificados y con droga requisadas durante una acción policial. El hombre fue interceptado en 2008 por los agentes de la Benemérita a la altura de Morales del Vino, donde «se colocaban muchos domingos porque sabían que veníamos del mercadillo para registrar las furgonetas», en busca de los que estuvieran falsificados. «Yo no pensé que hacía nada malo», aseguraba ayer tras escuchar su condena, «sabía que no podía vender prendas de Adidas, pero del Real Madrid no tenía idea».
El abogado del club resaltó las importantes pérdidas que tienen por la venta de artículos de imitación, actividad ilícita contra la que actúan de forma continua, con registros incluso en las inmediaciones del campo de fútbol cuando hay partidos y los vendedores ambulantes tratan de beneficiarse de ello.
