Quizá nunca se había ido tan lejos al justificar un asesinato machista en los medios de comunicación. Y eso, en un país tan sensibilizado como España en la lucha contra la violencia que sufren las mujeres: cuesta en torno a 70 vidas y genera más de 134.000 denuncias al año. La publicación, ayer en el periódico El Mundo, del artículo Un chico normal, comprensivo con la actuación del joven de 21 años -a quien la prensa llamó "el monstruo de la webcam"- que el miércoles mató a su novia embarazada de 19 cuando ella le comunicó la ruptura, ha levantado una polvareda que agita lo que las alfombras a veces tapan: el machismo sigue ahí, en ocasiones revestido con argumentos más presentables, a veces con toda su crudeza. Salta con cierta frecuencia a los medios amparado por la libertad de expresión. Es el fruto de una paradoja: las medidas en pro de la igualdad real entre mujeres y hombres han generado un rearme del machismo. Este discurso, negacionista o que minimiza la violencia machista coloca a los hombres como discriminados por los avances de las medidas en pro de la igualdad real entre los dos sexos. Lo dicen los expertos.