LOS SANTOS BARQUEROS
Basilisa
Le acogio cariñoso aquel Principe, al ver su bizarría y el halo de tristeza misteriosa que rodeaba su persona.
Eran tiempos dificiles. Otro Principe vecino le habia declarado la guerra, y habia pasado como un usurpador sus fronteras.
Julian fue armado caballero, y salio animoso al campo del combate. Su valor y el desprecio a una vida profetizada para tan trite destino le hicieron héroe. Sus hazañas fueron tales que el Principe le colmo de honores y mercedes.
Terminada la guerra victoriosamente, volvio el joven a la ciudad, lleno el cuerpo de honrosas cicatrices, y moreno el rostro con el humo de los arcabuces y el polvo de cien batallas campales.
Pero el que vence a Marte con las armas de la guerra iba a ser pronto vencido por Venus con las armas del amor.
Basilisa
Le acogio cariñoso aquel Principe, al ver su bizarría y el halo de tristeza misteriosa que rodeaba su persona.
Eran tiempos dificiles. Otro Principe vecino le habia declarado la guerra, y habia pasado como un usurpador sus fronteras.
Julian fue armado caballero, y salio animoso al campo del combate. Su valor y el desprecio a una vida profetizada para tan trite destino le hicieron héroe. Sus hazañas fueron tales que el Principe le colmo de honores y mercedes.
Terminada la guerra victoriosamente, volvio el joven a la ciudad, lleno el cuerpo de honrosas cicatrices, y moreno el rostro con el humo de los arcabuces y el polvo de cien batallas campales.
Pero el que vence a Marte con las armas de la guerra iba a ser pronto vencido por Venus con las armas del amor.