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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: Entretanto los padres de Julian rumiaban su ausencia...

Entretanto los padres de Julian rumiaban su ausencia en el retiro de la villa alistana. Nada les consolaba. Cuando oian los alalás en el prado o los gritos de los ojeadores en el bosque, el recuerdo de su hijo perdido pesaba sobre sus corazones como la losa de una tumba. ¿Por qué los dejo? ¿En que caminos habría las huellas de su paso?
Un día no pudieron más: Los dos viejos se abrazaron llorando y emprendieron su peregrinación su peregrinación en busca del hijo extraviado.
Instintivamente pusieron rumbo a Lusitania, llevando por guia su propio corazon: Y como el corazón de los padres no se equivoca nunca, acertaron a llegar a aquella corte que recogio a su hijo y le lleno de honores. Alli les hablaron de las hazañas de Julian, y no sabian como darle gracias a Dios de haberle encontrado rico y honrado.
De alli se dirigieron al castillo. El mayordomo no queria dejarles pasar, cumpliendo las órdenes de Julian, pero ellos se dieron a conocer, y Basilisa que salio al oir sus voces los recibio con los brazos abiertos con alegria de hija.
Que gozo para Julian cuando les vea decia^. Precisamente le veo preocupado estos días, y es que debe punzarle el recuerdo de sus padres que tanto ama. Ahora, aquí, todos felices vamos a ser.
Si hija mia, respondio llorando el buen viejo. El cielo se ha compadecido de nosotros, y guarda horas de paz para nuestros años postreros.
Mando Basilisa que les preparasen lacena, y luego les dijo con todo amor:
Muy cansados parecéis, padres mios. Venid a reposar. Julian no volvera hasta dentro de tres dias, de modo que podeis usar nuestro lecho conyuga.
Los llevo enseguida al salon donde bajo dosel se veía su cama de matrimonio y alli los acosto, poniendo un beso en su frente. El cansancio pudo más que la emoción, y alos pocos momentos losviejos dormian tranquilos soñando que abrazaban de nuevo a aquel hijo que le habia costado tantas lagrimas.
Basilisa se levanto muy de mañana como era su costumbre. A través de las cortinas de su gran dormitorio contemplo unos momentos a los viejos que seguian durmiendo, y luego dejando la alcoba completamente a oscuras para que ninguna luz interrumpiera aquel sueño dichoso salio de puntillas y bajo a lla Iglesia del pueblo para dar gracias a Dios por la llegada de los padres de Julian, y a pedirle librara a Julian de todas sus preocupaciones.