Una zamorana en Hollywood
Primera alfombra roja
Nicole Berg Juárez, descendiente de Granja de Moreruela, encarna a la mujer de Antonio Banderas en «Haywire», que acaba de estrenarse en EE UU
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Nicole Berg Juárez con Antonio Banderas en el estreno de «Haywire».
Foto N. B.
MULTIMEDIA
Fotos de la noticia
Fotogalería: Nicole (Natasha) Berg Juárez
SILVIA FERNÁNDEZ Ha cumplido un sueño inalcanzable para miles de mujeres en el mundo: ser la esposa de Antonio Banderas. En la ficción, se entiende. Nicole Berg Juárez, descendiente de Granja de Moreruela, que fue Mis Alemania en el año 2000, encarna a la esposa del actor malagueño en la película «Haywire», que acaba de estrenarse en Estados Unidos. Y como en las fantasías, una vez despierta «tuve que pellizcarme varias veces para saber que todo era real», confiesa. Era su primera alfombra roja en Hollywood posando para periodistas y firmando autógrafos desde que hace dos años y medio decidiera dejar Alemania, donde residía con su madre, nacida en Granja de Moreruela, para trasladarse a California y emular los pasos de otras actrices españolas como Penélope Cruz. Pisando fuerte pero con los pies en el suelo. «Todavía tiene que fluir mucho agua por el Esla hasta que llegue a ser como Penélope», reconoce la joven en una conversación telefónica con este diario.
Su entrada en Hollywood, sin embargo, ha sido por la puerta grande. En «Haywire» ha compartido pantalla con Antonio Banderas y otros grandes del celuloide como Michael Douglas y Ewan McGregor, y por si fuera poco bagaje, ha sido dirigida por el oscarizado director Steven Soderbergh, el cineasta que ganó un Oscar en el 2000 por Traffic, que logró una nominación por Erin Brocovich, película por la que Julia Roberts logró la estatuilla como mejor actriz, y que dirigió a George Clooney en Ocean´s Eleven, su filme más taquillero hasta la fecha. «Fue increíble», rememora Nicole Berg, «Soderbergh nos dejó mucha libertad para improvisar y experimentar. De hecho, el cachetazo en el muslo que le doy a mi marido "Rodrigo" (Banderas) no estaba en el guión». Del actor malagueño, con el que interpreta la única escena en la que se habla español, solamente palabras de elogio. «Fue un verdadero placer trabajar con Antonio. A parte de ser un gran actor, es una persona humilde y generosa. Me hizo sentir muy segura. Confié en él, pero él también en mí».
Aunque de niña soñaba con ser pediatra, incluso realizó estudios de Medicina, su elección como Miss Alemania la lanzó a las pasarelas y a la pequeña pantalla, donde encontró su nueva pasión: ser actriz. Tras ser elegida como la germana más guapa, Nicole Berg presentó telediarios y tenía su propio espacio de cine en la televisión. «Gracias a este programa asistía a festivales de cine, como el de Cannes, y hacía especiales con Bruce Willis, Angelina Jolie o Penélope Cruz. Y llegó el día en que ya no me llenaba entrevistar a esos artistas que tanto me inspiraban; quería trabajar con ellos». Y comenzó la aventura. «Primero me fui a Los Ángeles a dar clases de actuación y volví tan intrigada y encantada que decidí dejar Alemania y empezar una nueva vida en California», explica Berg. ¿Y que pensaron sus amigos y conocidos?: «Pues que estaba loca por dejar la carrera que me había labrado e irme a Hollywood sin ninguna experiencia, pero tenía un sueño y ahora lo estoy viviendo».
Desde el primer momento, Hollywood la fascinó. «Allí abren las puertas a la gente que cree que todo es posible y que tiene grandes metas. Si dices que quieres ganar un Oscar nadie piensa que estás loca. Lo piensan si no quieres conseguirlo».
Pero en los Ángeles no todo son «saraos» y caras bonitas. «Hay demasiado trabajo. Ningún día es como otro. Tomas clases de actuación, de acento, de improvisación, baile, artes marciales... Tienes un entrenador personal para estar en forma, vas a castings y eventos, o te pasas el día rodando. Yo tengo al lado la playa, y solo voy una vez al mes. Aquí todo el mundo trabaja muy duro. Nadie te regala nada», explica la actriz zamorana. Por eso, confiesa, «me gusta ir a la Granja a ver mis abuelos. Allí siento que puedo recargar las baterías».
En esa fábrica de sueños que es Hollywood, Nicole Berg Juárez ya ha logrado su primer cupo de fantasía al ser galardonado por el Festival Internacional Latino de Los Ángeles el corto «Shadows», del director catalán Javier Barberá, que ella protagoniza. «Es un corto muy intenso sobre una periodista encarcelada y torturada por ser mujer y querer expresarse libremente. Trata de escapar de la cruel realidad recreando con sus manos un mundo aparte con sombras chinas en la pared, por eso le destrozan los dedos», relata. El rodaje fue igual de intenso y «una verdadera tortura», confiesa, y añade que «acabé con moratones por todo el cuerpo porque le decía a los actores que no me trataran con guantes de seda, que las escenas fueran lo más reales posibles». Dolores y marcas que, lamenta, «no tienen comparación con lo que deben sentir las mujeres que de verdad viven una situación como esta y son maltratadas por el simple hecho de pertenecer al sexo femenino». Aunque fue consciente de que muchos espectadores salieron llorando del cine, «casi incapaces de respirar», la certeza del trabajo bien hecho no le hizo creer que el corto se alzaría con el máximo galardón. «Yo incluso estaba en casa, en pijama, cuando el director nos llamó a todos y nos dijo "! Venid!". Me puse el primer vestido que pillé y me fui al famoso Egyptian Theater.! Qué alegría sentí!».
Con el respaldo de su familia, «me apoyan porque saben que esto me hace feliz», está dispuesta a «comerse» Hollywood, el lugar donde «todo es posible», aunque añade que «nadie debería venir aquí solo para hacerse famoso sino para respirar y vivir cine». Es consciente de que llegar a ser una Meryl Streep o un Robert de Niro es una travesía muy difícil y, por ello, asegura que «hay que gozar el camino y no desmoralizarte porque no hayas llegado a la meta». Al menos, en una industria que acoge a más de medio millón de actores, de los que el 97% no puede vivir de la actuación, esta zamorana ha logrado inscribir su nombre al lado de estrellas del celuloide ya consagradas y no encontrarse «con ninguna víbora por el camino».
Trabajadora incansable, Nicole Berg no reniega de su pasado como Miss Alemania pero deja claro que «este título me abrió el camino al mundo de los medios de comunicación, pero no a Hollywood. Ese me lo abrí yo luchando, queriendo, soñando y arriesgándome». Lo cierto, es que cuando fue elegida la más guapa de Alemania, no soñaba aún con ser actriz. «Estaba estudiando medicina para ser pediatra, pero me di cuenta de que quería hacer que la gente se sintiera mejor, pero no con medicamentos y pastillas». Y ese es otro de sus objetivos, «tener una influencia positiva en la gente haciendo lo que me gusta».
En su mesa, proyectos no le faltan. «Estamos preparando una coproducción con Colombia, una película de época en la que yo interpreto a una huérfana que se enamora de un sacerdote», adelanta. También va a comenzar la grabación de un «piloto» para una serie de televisión sobre espías femeninas, en la que encarna el papel de una enemiga rusa, idioma que maneja a la perfección al igual que el alemán, el francés, el inglés y el italiano. Pero lo que más ilusión le hace es trabajar en España, «algunos proyectos hay», y, como pidió la mismísima Angelina Jolie, sueña con «tener el honor de trabajar con Pedro Almódovar». «Algún día...».
Primera alfombra roja
Nicole Berg Juárez, descendiente de Granja de Moreruela, encarna a la mujer de Antonio Banderas en «Haywire», que acaba de estrenarse en EE UU
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Nicole Berg Juárez con Antonio Banderas en el estreno de «Haywire».
Foto N. B.
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Fotogalería: Nicole (Natasha) Berg Juárez
SILVIA FERNÁNDEZ Ha cumplido un sueño inalcanzable para miles de mujeres en el mundo: ser la esposa de Antonio Banderas. En la ficción, se entiende. Nicole Berg Juárez, descendiente de Granja de Moreruela, que fue Mis Alemania en el año 2000, encarna a la esposa del actor malagueño en la película «Haywire», que acaba de estrenarse en Estados Unidos. Y como en las fantasías, una vez despierta «tuve que pellizcarme varias veces para saber que todo era real», confiesa. Era su primera alfombra roja en Hollywood posando para periodistas y firmando autógrafos desde que hace dos años y medio decidiera dejar Alemania, donde residía con su madre, nacida en Granja de Moreruela, para trasladarse a California y emular los pasos de otras actrices españolas como Penélope Cruz. Pisando fuerte pero con los pies en el suelo. «Todavía tiene que fluir mucho agua por el Esla hasta que llegue a ser como Penélope», reconoce la joven en una conversación telefónica con este diario.
Su entrada en Hollywood, sin embargo, ha sido por la puerta grande. En «Haywire» ha compartido pantalla con Antonio Banderas y otros grandes del celuloide como Michael Douglas y Ewan McGregor, y por si fuera poco bagaje, ha sido dirigida por el oscarizado director Steven Soderbergh, el cineasta que ganó un Oscar en el 2000 por Traffic, que logró una nominación por Erin Brocovich, película por la que Julia Roberts logró la estatuilla como mejor actriz, y que dirigió a George Clooney en Ocean´s Eleven, su filme más taquillero hasta la fecha. «Fue increíble», rememora Nicole Berg, «Soderbergh nos dejó mucha libertad para improvisar y experimentar. De hecho, el cachetazo en el muslo que le doy a mi marido "Rodrigo" (Banderas) no estaba en el guión». Del actor malagueño, con el que interpreta la única escena en la que se habla español, solamente palabras de elogio. «Fue un verdadero placer trabajar con Antonio. A parte de ser un gran actor, es una persona humilde y generosa. Me hizo sentir muy segura. Confié en él, pero él también en mí».
Aunque de niña soñaba con ser pediatra, incluso realizó estudios de Medicina, su elección como Miss Alemania la lanzó a las pasarelas y a la pequeña pantalla, donde encontró su nueva pasión: ser actriz. Tras ser elegida como la germana más guapa, Nicole Berg presentó telediarios y tenía su propio espacio de cine en la televisión. «Gracias a este programa asistía a festivales de cine, como el de Cannes, y hacía especiales con Bruce Willis, Angelina Jolie o Penélope Cruz. Y llegó el día en que ya no me llenaba entrevistar a esos artistas que tanto me inspiraban; quería trabajar con ellos». Y comenzó la aventura. «Primero me fui a Los Ángeles a dar clases de actuación y volví tan intrigada y encantada que decidí dejar Alemania y empezar una nueva vida en California», explica Berg. ¿Y que pensaron sus amigos y conocidos?: «Pues que estaba loca por dejar la carrera que me había labrado e irme a Hollywood sin ninguna experiencia, pero tenía un sueño y ahora lo estoy viviendo».
Desde el primer momento, Hollywood la fascinó. «Allí abren las puertas a la gente que cree que todo es posible y que tiene grandes metas. Si dices que quieres ganar un Oscar nadie piensa que estás loca. Lo piensan si no quieres conseguirlo».
Pero en los Ángeles no todo son «saraos» y caras bonitas. «Hay demasiado trabajo. Ningún día es como otro. Tomas clases de actuación, de acento, de improvisación, baile, artes marciales... Tienes un entrenador personal para estar en forma, vas a castings y eventos, o te pasas el día rodando. Yo tengo al lado la playa, y solo voy una vez al mes. Aquí todo el mundo trabaja muy duro. Nadie te regala nada», explica la actriz zamorana. Por eso, confiesa, «me gusta ir a la Granja a ver mis abuelos. Allí siento que puedo recargar las baterías».
En esa fábrica de sueños que es Hollywood, Nicole Berg Juárez ya ha logrado su primer cupo de fantasía al ser galardonado por el Festival Internacional Latino de Los Ángeles el corto «Shadows», del director catalán Javier Barberá, que ella protagoniza. «Es un corto muy intenso sobre una periodista encarcelada y torturada por ser mujer y querer expresarse libremente. Trata de escapar de la cruel realidad recreando con sus manos un mundo aparte con sombras chinas en la pared, por eso le destrozan los dedos», relata. El rodaje fue igual de intenso y «una verdadera tortura», confiesa, y añade que «acabé con moratones por todo el cuerpo porque le decía a los actores que no me trataran con guantes de seda, que las escenas fueran lo más reales posibles». Dolores y marcas que, lamenta, «no tienen comparación con lo que deben sentir las mujeres que de verdad viven una situación como esta y son maltratadas por el simple hecho de pertenecer al sexo femenino». Aunque fue consciente de que muchos espectadores salieron llorando del cine, «casi incapaces de respirar», la certeza del trabajo bien hecho no le hizo creer que el corto se alzaría con el máximo galardón. «Yo incluso estaba en casa, en pijama, cuando el director nos llamó a todos y nos dijo "! Venid!". Me puse el primer vestido que pillé y me fui al famoso Egyptian Theater.! Qué alegría sentí!».
Con el respaldo de su familia, «me apoyan porque saben que esto me hace feliz», está dispuesta a «comerse» Hollywood, el lugar donde «todo es posible», aunque añade que «nadie debería venir aquí solo para hacerse famoso sino para respirar y vivir cine». Es consciente de que llegar a ser una Meryl Streep o un Robert de Niro es una travesía muy difícil y, por ello, asegura que «hay que gozar el camino y no desmoralizarte porque no hayas llegado a la meta». Al menos, en una industria que acoge a más de medio millón de actores, de los que el 97% no puede vivir de la actuación, esta zamorana ha logrado inscribir su nombre al lado de estrellas del celuloide ya consagradas y no encontrarse «con ninguna víbora por el camino».
Trabajadora incansable, Nicole Berg no reniega de su pasado como Miss Alemania pero deja claro que «este título me abrió el camino al mundo de los medios de comunicación, pero no a Hollywood. Ese me lo abrí yo luchando, queriendo, soñando y arriesgándome». Lo cierto, es que cuando fue elegida la más guapa de Alemania, no soñaba aún con ser actriz. «Estaba estudiando medicina para ser pediatra, pero me di cuenta de que quería hacer que la gente se sintiera mejor, pero no con medicamentos y pastillas». Y ese es otro de sus objetivos, «tener una influencia positiva en la gente haciendo lo que me gusta».
En su mesa, proyectos no le faltan. «Estamos preparando una coproducción con Colombia, una película de época en la que yo interpreto a una huérfana que se enamora de un sacerdote», adelanta. También va a comenzar la grabación de un «piloto» para una serie de televisión sobre espías femeninas, en la que encarna el papel de una enemiga rusa, idioma que maneja a la perfección al igual que el alemán, el francés, el inglés y el italiano. Pero lo que más ilusión le hace es trabajar en España, «algunos proyectos hay», y, como pidió la mismísima Angelina Jolie, sueña con «tener el honor de trabajar con Pedro Almódovar». «Algún día...».