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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: Mayos que nacen en una noche...

Mayos que nacen en una noche
Los jóvenes de numerosos pueblos cumplen con la tradición de celebrar su paso a la madurez con la «plantación» de un gran árbol

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Quintos y vecinos del pueblo de Venialbo colocan el gran árbol en la zona donde deberá ser izado. Foto J. V.
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J. V. / S. R.
Los vecinos de Venialbo se concentraron ayer, bajo un sol radiante, para acompañar y participar un año más con sus quintos en la tradicional puesta del mayo.

Tamara Sánchez, Diego Garabito, David Díez, Carlos Rodríguez, Iván Francia y Víctor Ferreras han sido los jóvenes que este año han celebrado a lo largo fin de semana su entrada en quinta con diversos actos, que irían desde la preparación de la limonada, en la noche del viernes, hasta la puesta del mayo a las 12.30 horas de ayer, pasando por las verbenas del sábado y el lunes, la tradicional enramada, y los encuentros que organizan cenando todos juntos con sus familiares.

Con el mayo ya en su sitio, se acercaba el final de la fiesta y suponía un toque de retirada para decenas de jóvenes que desde el viernes participaban casi sin descanso, llenando de actividad la localidad y al ruido de petardos y cohetes.

En Venialbo, a diferencia de otras localidades, los quintos celebran dos fiestas, ésta del mayo y la fiesta de las Candelas y Gallos en Febrero del 2013, pero también serán los protagonistas de diferentes actos a lo largo de este año.

Posiblemente esta tradición de poner al Mayo, sea una de las tradiciones más arraigadas y comunes en nuestros pueblos. También en Venialbo, el 1 de mayo es el día en que los quintos y quintas de la localidad dejan atrás su adolescencia para pasar a adultos celebrándola con esta fiesta, (aunque a los adultos al mirar sus caras nos parezcan aún unos niños).

En la noche del día 30, tradicionalmente en Venialbo, mientras los quintos se encuentran cenando todos juntos, el resto de jóvenes y amigos se ocupan en esconder la «viga» que luego hará de mayo, para que los quintos la busquen a lo largo de la noche por todo el término. La búsqueda viene durando toda la noche, y una vez rescatada, se reponen fuerzas con un buen desayuno de chocolate y bizcochos ofrecido por los padres a todos los participantes, dando así tiempo al resto de vecinos para que se incorporen a la fiesta y acompañar cumpliendo con la tradición.

Antiguamente, para elevar la viga adornada la extremo con una frondosa copa de pino, de entre 15 y 20 metros de larga y de un peso superior a los 1.000 kilos, se utilizaban los carros de madera, pero su desaparición ha hecho que este trabajo se realice, no sin dificultad y peligro, con maquinaria moderna.

También, antiguamente «este gigante» se colocaba en la plaza, pero hoy se ha desplazado a un lugar más cómodo junto a la pradera del Arradal y el río Talanda.

Este símbolo anuncia el inicio de la primavera y la estación de la luz. Y en cuanto a su origen, parece ser que procede de los cultos totémicos y los primitivos ritos de fecundidad que los pueblos primitivos realizaban y en los que el árbol tenía un carácter sagrado, a la vez que era símbolo de fecundidad y protección. De esta forma significaba volver a implantar el culto a la fecundidad y la protección que antes se había abandonado al dejar el bosque como lugar de morada y pasar a los poblados como lugares apartados de éste.

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