Los lobos matan once ovejas en una explotación de San Miguel de la Ribera
Lorenzo Domínguez denuncia los numerosos ataques de cánidos registrados en la zona y dice que «van a terminar por echar a los ganaderos del campo»
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Dos ovejas de la explotación de San Miguel de la Ribera muestran los rastros del ataque de los cánidos. Foto Luis E.
J. A. G. La empresa ganadera Talanda Sociedad Civil denunció ayer un ataque de lobos con el resultado de la muerte de once ovejas y otras once heridas de gravedad. Fuentes de entidad achacaron las muertes a una pareja de cánidos que atacaron al ganado durante la noche del pasado domingo. Las ovejas, de raza assaf, pernoctaban en un cercado próximo al pueblo. Los dueños de la explotación se percataron del desastre por la mañana, cuando fueron a realizar el habitual ordeño de las ovejas.
La jornada de ayer la pasaron recogiendo los animales muertos y cosiendo y curando a las heridas. «Hemos estado todo el día liados con este asunto», expresaba uno de los socios de la sociedad, Lorenzo Domínguez, que considera que la solución a este problema pasa «porque los dé de comer quien los quiera, porque los ganaderos no los queremos y somos los que corremos con su alimentación. Si uno tiene un vicio o una afición lo paga», afirmaba. Aunque precisó que no desea el extermino de los lobos, reiteró que «deben llevárselos y darlos de comer quienes quieren tenerlos». Expresó que «los lobos, cuando hay daños por el medio no los quiere nadie, pero los administra la Junta de Castilla y León». La sociedad cuenta con seguro de lobo, pero sostiene que estos sucesos «van a terminar por echar a los ganaderos del campo». Lorenzo Domínguez hace referencia a los numerosos ataques que se están registrando en las últimas fechas en la zona, el sábado en El Maderal, pero también en Fuentesaúco y Villaescusa. Cree que los cánidos se refugian en el monte que existe en Venialbo y por otros términos cercanos. Señala que «ahora mismo, si te pillan matando un lobo te multan con 6.000 euros, pero de las ovejas no se acuerda nadie». Otro temor del ganadero es que las ovejas vivas sufran abortos a causa del estrés ocasionado por el ataque.
Lorenzo Domínguez denuncia los numerosos ataques de cánidos registrados en la zona y dice que «van a terminar por echar a los ganaderos del campo»
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Dos ovejas de la explotación de San Miguel de la Ribera muestran los rastros del ataque de los cánidos. Foto Luis E.
J. A. G. La empresa ganadera Talanda Sociedad Civil denunció ayer un ataque de lobos con el resultado de la muerte de once ovejas y otras once heridas de gravedad. Fuentes de entidad achacaron las muertes a una pareja de cánidos que atacaron al ganado durante la noche del pasado domingo. Las ovejas, de raza assaf, pernoctaban en un cercado próximo al pueblo. Los dueños de la explotación se percataron del desastre por la mañana, cuando fueron a realizar el habitual ordeño de las ovejas.
La jornada de ayer la pasaron recogiendo los animales muertos y cosiendo y curando a las heridas. «Hemos estado todo el día liados con este asunto», expresaba uno de los socios de la sociedad, Lorenzo Domínguez, que considera que la solución a este problema pasa «porque los dé de comer quien los quiera, porque los ganaderos no los queremos y somos los que corremos con su alimentación. Si uno tiene un vicio o una afición lo paga», afirmaba. Aunque precisó que no desea el extermino de los lobos, reiteró que «deben llevárselos y darlos de comer quienes quieren tenerlos». Expresó que «los lobos, cuando hay daños por el medio no los quiere nadie, pero los administra la Junta de Castilla y León». La sociedad cuenta con seguro de lobo, pero sostiene que estos sucesos «van a terminar por echar a los ganaderos del campo». Lorenzo Domínguez hace referencia a los numerosos ataques que se están registrando en las últimas fechas en la zona, el sábado en El Maderal, pero también en Fuentesaúco y Villaescusa. Cree que los cánidos se refugian en el monte que existe en Venialbo y por otros términos cercanos. Señala que «ahora mismo, si te pillan matando un lobo te multan con 6.000 euros, pero de las ovejas no se acuerda nadie». Otro temor del ganadero es que las ovejas vivas sufran abortos a causa del estrés ocasionado por el ataque.