SAN MIGUEL DE LA RIBERA: «Lo nunca visto» en Guarrate...

«Lo nunca visto» en Guarrate
El encierro campero deja a los espectadores con las ganas al escapar los toros de la pradera

23.06.2013 | 02:29

Los caballistas conducen los toros y los bueyes hacia el espante. Foto José Luis Fernández
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J. A. GARCÍA «Lo nunca visto». Un espejismo. Fue el resultado del encierro campero organizado ayer en la pradera de Guarrate, con motivo de las fiestas de San Antonio.

Los muchos espectadores y aficionados que se habían dado cita en los ámbitos de la pradera, y que confiaban en vivir un encierro de emociones de alto calado, vieron esfumarse las expectativas a las primeras de cambio porque los dos toros que debían de impregnar de incisivas acometidas y de sobresaltos el escenario de juego rápidamente hallaron una falla en la cerca de la pradera. Por esta apertura salieron a campo a través y a su viento, dejando boquiabiertos a todos los demás componentes de la partida. Una vez que fue soltado desde el camión el primer novillo, se dio rienda suelta a un segundo, que hizo un pequeño y esperanzador recorrido. Caballistas y bueyes consiguieron recogerlos y hacer un primer espante hacia el puente, sin llegar a fondo. Esta primera muestra elevó la temperatura taurina de los muchos aficionado que acudieron a disfrutar o a contemplar de las evoluciones del encierro porque los animales marcharon con buen espíritu e imponiendo cierto respeto.

Todo se fue a pique cuando al bajar, parece ser que incitados por la llamada de algún aficionado, los novillos dieron con un punto débil de la cerca y, tras partir un poste, dejaron el terreno del encierro. Los minutos y hasta las horas pasaron sin que nadie volviera a ver la figura de los astados. Los aficionados miraron los horizontes como nunca, algunos tratando de averiguar el destino de los animales encaramándose a lo más alto y haciendo uso de los prismáticos, como el que otea las estrellas del cielo o la caza. Fue hacia las 12.30 horas cuando los caballistas consiguieron retornar con uno de los toros e integrarlo a la calle para que diera vida al encierro de calle. Pero tampoco llegó a la plaza. «Parece ser tenían buen encaste» expresa Juan Pascual, tan desconcertado como el resto. Es la suposición que tenían ayer la mayoría de los aficionados que, a falta de mayor comprobación, se remitían a lo que habían visto en la primera, breve y única exposición que hicieron los animales, y a lo que los caballistas consiguieron trasmitir de su andanzas con los novillos en campos extraños. Para animar el encierro de calle se soltó un segundo toro. Pero la verdad es que el encierro de ayer de Guarrate es de los que hace historia por su evaporación. Queda, no obstante, la segunda oportunidad de hoy, que es esperada casi como una revancha o un desquite. A falta de mejor salsa taurina, los aficionados hablaron del desenjaule y exhibición de la noche y destacaron el pregón de raigambre y recuerdo oficiado por Teo Rosón Galache.