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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: A Rosa:...

A Rosa:

Yo lo veo de una forma más aséptica o incluso positiva porque, lo que yo sabía me ha quedado más claro aun:

Al GMP le da igual que Maricarmen se vaya porque tienen recambio y si se queda da lo mismo porque perder las votaciones 4-3 es lo mismo que 5 a 2. Por otro lado los dos de delante se bastan para hacer oposición como parece probar el hecho de que la alcaldesa haya adelantado el último pleno a una fecha en la que sabían que se encontraban de vacaciones.

Al PSOE le interesa la permanencia de Maricarmen (algo muy sospechoso) y por eso se han esforzado en conservarla, ya sea porque les es favorable o porque temen la entrada de la siguiente de la lista (Maribel o Clari).

Que la concejala Maricarmen que se presentó por una formación política determinada, se ha comportado de una forma voluble e indecisa como tu dices y parece se ha dejado convencer por la opción política contraria (como creo que ha venido haciendo desde el principio) ¿le habrán ofrecido algo como al Sr. Ramiro en el pleno pasado?, solo que con el Sr. Ramiro pincharon en hueso. ¿con quién creerían que estaban hablando? ¡Ooooooole Sr. Ramiro!

Fin del episodio. Nada ha cambiado pero todos, incluso Maricarmen, lo tenemos todo mas claro, ¿o Maricarmen no lo tiene claro?, bueno… si tiene dudas segura que Raquel se las aclara rápido.

A Elena:
No te falta razón en lo que dices puesto que todo el mundo puede cambiar de opinión pero reconoce que un político coherente habla con unos y con otros antes de poner la dimisión, lo reflexiona, y luego la pone o no la pone, pero no se pone en evidencia, no da que hablar, no causa preocupaciones innecesarias, no da muestras de lo que pueda parecer volubilidad, debilidad de voluntad, indecisión, indeterminación y falta de carácter. Y lo que nunca puede permitir es que parezca que su última decisión se toma en base a criterios del partido contrario.

Por otro lado, tampoco me parece de recibo que quien convocó el último pleno (la alcaldía) no pusiera la dimisión en el orden del día con lo que impidió que la dimisión fuera efectiva. Cuando menos parece que no le interesaba que la dimisión se conociera en el pleno o que intentaba ganar tiempo. Reconoce, Elena, que las malas formas en política son como las faltas de ortografía en un programa de fiestas… no afectan al contenido, pero lo desmerecen, no invalidan pero dicen mucho sobre aquellos que las cometen.

Pero como le digo a Rosa, aquí no ha pasado nada, y si ha pasado algo no es nada malo porque ahora todos sabemos como actúa cada uno.

¡Menudo papelón el de esta mujer!