Ciertamente todos debieran conocer los divinos placeres que en
invierno trae consigo una
chimenea: velas a las cuatro de la tarde, alfombras abrigadoras al lado del fuego, té, una hermosa muchacha que lo prepare, persianas corridas, cortinas que caen al suelo formando amplios pliegues, en tanto que fuera el viento y la
lluvia. Aunque este año no sea el caso.
Feliz tarde.....