El sol sigue.
Día tras día con su ímpetu y en los
campos reina el silencio, algún vilano con su vuelo bajo, seguirá la senda por donde corrieron los morlacos, jóvenes y encastados
toros que fueron protagonistas de un encierro donde demostraron su raza y bravura, también quedo constancia del poder de las maquinas, muchos miles de
caballos a vapor, que camparon a sus anchas por los alrededores de su majestad el Monrruelo, testigo imperturbable de lo que sucede en sus proximidades desde miles y miles
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