El Sol justiciero que Julio nos ha regalado, hizo que los vastos
campos sembrados de trigo en el ya lejano
Otoño se volvieran más dorados, esperando el momento de ser cosechados.
Buscara la codorniz
refugio en el baraño de paja se mi magullada, no descansara el gabilucho en otear desde lo alto buscando saltigallos que quedaron desprotegidos al ser la mies cosechada.
Los cigüeños que días atrás aleteaban en la
torre de la
Iglesia, también nos limpian los campos de cigarras, culebras y lagartos,
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