El ministro que mejor conectado está con la cúpula de la Iglesia en España no tiene inconveniente en definirse como un converso. No a la manera de San Pablo, quien se cayó súbitamente del caballo, sino más al estilo de San Agustín, que rectificó su camino a base de tiempo y experiencias. Jorge Fernández Díaz no tiene reparos, pues, en mostrarse seguidor del santo que, paradójicamente, y según algunos estudiosos, rivalizaría con San Sebastián como patrón de los homosexuales. En sus años en Cartago, ... (ver texto completo)