La parte técnica no es la única dificultad. “El otro reto es el aspecto cultural: conseguir los permisos de expropiaciones no siempre es fácil, porque no hay registro de la propiedad. Además hemos de trabajar en dos ciudades santas en las que solo pueden entrar musulmanes”, cuenta. “Tenemos previsto contar con gente musulmana que contrataremos en España y Renfe montará una escuela de formación en Arabia Saudí para maquinistas y demás personal ferroviario”.
El contrato incluye la construcción del ... (ver texto completo)
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