Pero el panorama casi desértico de Callao y de Gran Vía de primera hora fue un espejismo de cómo se vivió este 29-S en el resto de la ciudad. En la calleOrense, por ejemplo, una de las paralelas al Paseo de la Castellana que concentra un buen número de oficinas y comercios, el ritmo de la mañana fue trepidante. Todas las cafeterías abrieron, así como los bancos y las principales marcas de ropa. Aquí, El Corte Ingles de Nuevos Ministerios ni siquiera necesitó de policías para abrir con normalidad.