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CHANY SEBASTIÁN Mariluz Díez Pérez es nieta de Simón Diez Fernández, un labrador nacido en San Cristóbal el 11 de mayo de 1913, el hombre más conocido y querido de Aliste, mutilado en «El Frente del Ebro» y el curandero más notable de tierras zamoranas. Ella sigue su pasos, desde la humildad y la profesionalidad heredadas del maestro de maestros: «El Curandero de San Cristóbal».
-Es la nieta del prestigioso Simón, «El Curandero de San Cristóbal» ¿Qué recuerda de su afamado abuelo?
-Muchas cosas, pero especialmente me acuerdo mucho de su buen humor y de su don de gentes. Nunca puso mala cara a una persona enferma, llegara a la hora que llegara a su casa, y viniese de donde viviese. Era una muy buena persona y muy querida por todos, muy en particular por sus paisanos alistanos.
-Simón, Benito, su padre, José Luis, su hermano, y ahora usted. ¿Herencia, vocación o ambas?
-Un poco de las dos cosas. Heredas algo único que quizás no sabes explicar. De niña pensaba que era habitual que mi padre Benito o mi abuelo Simón te colocaran un pie cuando te hacías daño, o te curaran un catarro con infusiones cuando estabas enfermo; pero a medida que creces entiendes que no es lo común. Es una gran suerte descubrir y aprender todo este arte de curar desde la infancia, como si se tratase de un juego. Mi padre siempre me recuerda como yo tenía siempre a las muñecas llenas de vendas en los pies, parches en la espalda y supongo que eso es también vocación.
- ¿Qué significa para usted el curanderismo y la medicina natural?
-Para mí personalmente ser curandera es una sabiduría, una tradición, un conocimiento mas profundo del arte de curar. Aunque por desgracia la palabra curanderismo está muy desprestigiada en la actualidad. La medicina natural lo engloba todo un estilo de vida basado en la prevención de la enfermedad, gracias a una alimentación adecuada; y un estilo de vida saludable unido a la utilización de recursos naturales que ayudan a prevenir y mitigar dolencias comunes.
- ¿Hasta cuándo se remontan los orígenes del curanderismo en su familia alistana?
-La raíz del origen se ha desvanecido con el tiempo, aunque mi abuelo siempre habló de un antepasado religioso que adquirió los conocimientos durante su vida monástica en diferentes lugares. Su primer paciente fue un niño al que pillo un carro en San Cristóbal al que curó. Mi bisabuelo, Luis, fue también curandero, se convirtió en emigrante y practicó el curanderismo en Portugal, luego en Inglaterra y finalmente en Cuba, antes de regresar a tierras alistanas.
- ¿Dónde ha desarrollado su trabajo, antes, ahora y en el futuro?
-Actualmente tengo mi consulta en la Salamanca, donde ejerzo desde hace más de ocho años. En el futuro regresaré a Zamora junto a mi hermano José Luis y mi padre Benito. Para mi Zamora, Aliste y La Carballeda, sus pueblos y sus gentes, son muy importantes, parte imprescindible de mi vida personal y profesional.
San Sebastián / 1974
Mariluz Díez Pérez, nació el día 6 de noviembre de 1974 en San Sebastián. Vasca de nacimiento, pero siempre alistana de origen y corazón, no en vano es ella hija del curandero Benito Díez y nieta del hombre más histórico, querido y añorado que ha dado la comarca de Aliste, Simón, «El Curandero de San Cristóbal». Diplomada en Educación Social, Empresariales y Marketing Internacional, completó su formación con un Máster en Plantas Medicinales, un Posgrado en Medicina Naturista, Especialista en Fisioterapia de la Actividad Física y del Deporte, Posgrado en Masaje y Osteopatia, Naturopatía y Posgrado en Terapia floral. Desarrolla en Salamanca su labor como Curandera y Educadora de la Salud, pero lo tiene claro, algún día volverá a tierras zamoranas.
-Es la nieta del prestigioso Simón, «El Curandero de San Cristóbal» ¿Qué recuerda de su afamado abuelo?
-Muchas cosas, pero especialmente me acuerdo mucho de su buen humor y de su don de gentes. Nunca puso mala cara a una persona enferma, llegara a la hora que llegara a su casa, y viniese de donde viviese. Era una muy buena persona y muy querida por todos, muy en particular por sus paisanos alistanos.
-Simón, Benito, su padre, José Luis, su hermano, y ahora usted. ¿Herencia, vocación o ambas?
-Un poco de las dos cosas. Heredas algo único que quizás no sabes explicar. De niña pensaba que era habitual que mi padre Benito o mi abuelo Simón te colocaran un pie cuando te hacías daño, o te curaran un catarro con infusiones cuando estabas enfermo; pero a medida que creces entiendes que no es lo común. Es una gran suerte descubrir y aprender todo este arte de curar desde la infancia, como si se tratase de un juego. Mi padre siempre me recuerda como yo tenía siempre a las muñecas llenas de vendas en los pies, parches en la espalda y supongo que eso es también vocación.
- ¿Qué significa para usted el curanderismo y la medicina natural?
-Para mí personalmente ser curandera es una sabiduría, una tradición, un conocimiento mas profundo del arte de curar. Aunque por desgracia la palabra curanderismo está muy desprestigiada en la actualidad. La medicina natural lo engloba todo un estilo de vida basado en la prevención de la enfermedad, gracias a una alimentación adecuada; y un estilo de vida saludable unido a la utilización de recursos naturales que ayudan a prevenir y mitigar dolencias comunes.
- ¿Hasta cuándo se remontan los orígenes del curanderismo en su familia alistana?
-La raíz del origen se ha desvanecido con el tiempo, aunque mi abuelo siempre habló de un antepasado religioso que adquirió los conocimientos durante su vida monástica en diferentes lugares. Su primer paciente fue un niño al que pillo un carro en San Cristóbal al que curó. Mi bisabuelo, Luis, fue también curandero, se convirtió en emigrante y practicó el curanderismo en Portugal, luego en Inglaterra y finalmente en Cuba, antes de regresar a tierras alistanas.
- ¿Dónde ha desarrollado su trabajo, antes, ahora y en el futuro?
-Actualmente tengo mi consulta en la Salamanca, donde ejerzo desde hace más de ocho años. En el futuro regresaré a Zamora junto a mi hermano José Luis y mi padre Benito. Para mi Zamora, Aliste y La Carballeda, sus pueblos y sus gentes, son muy importantes, parte imprescindible de mi vida personal y profesional.
San Sebastián / 1974
Mariluz Díez Pérez, nació el día 6 de noviembre de 1974 en San Sebastián. Vasca de nacimiento, pero siempre alistana de origen y corazón, no en vano es ella hija del curandero Benito Díez y nieta del hombre más histórico, querido y añorado que ha dado la comarca de Aliste, Simón, «El Curandero de San Cristóbal». Diplomada en Educación Social, Empresariales y Marketing Internacional, completó su formación con un Máster en Plantas Medicinales, un Posgrado en Medicina Naturista, Especialista en Fisioterapia de la Actividad Física y del Deporte, Posgrado en Masaje y Osteopatia, Naturopatía y Posgrado en Terapia floral. Desarrolla en Salamanca su labor como Curandera y Educadora de la Salud, pero lo tiene claro, algún día volverá a tierras zamoranas.