C. G. El expendedor de leche instalado por la sociedad familiar «La Vereda» de Santa Clara de Avedillo a la entrada del Centro Comercial Valderaduey tiene forma de caseta de madera, pero en su interior dispone de la más moderna tecnología para lograr la máxima garantía higiénica del producto. Los promotores, con Antonio García a la cabeza, están estos días junto al aparato para informar al consumidor sobre su utilización.
-Acaban, prácticamente, de empezar.
-La máquina se descargó el viernes y el pasado lunes entró en funcionamiento a las cuatro de la tarde.
- ¿Por qué se lanzaron a la aventura?
-Como sabemos todos, el momento que estamos pasando en la ganadería, de vacuno al menos, es muy malo, te enteras de que estas cosas funcionan y tomas una decisión. Esto se puso en marcha en Italia desde hace años y se han ido extendiendo por Cataluña y otros lugares. Somos seis, dos matrimonios con nuestros hijos, los que trabajamos en la granja y decidimos todos juntos intentar salir adelante con una cosa de estas. Y bueno, después de mirar un cierto tiempo y de pasar muchas penurias con las administraciones para conseguir los permisos y todas estas cosas, por fin ha llegado el momento y estamos aquí de cara al público para intentar que la gente, a su justo precio, se lleve la leche con su justa calidad.
-Leche de vaca «de verdad».
-Es leche directa de la granja, ordeñada diariamente, pasteurizada diariamente. Automáticamente la subes en la granja en una furgoneta refrigerada y viene para acá sin romper nunca la cadena de frío.
- ¿Hay que traer el envase?
-El consumidor tiene la posibilidad de adquirir aquí una botella de litro por veinte céntimos o traerse el recipiente de casa, que aconsejamos, siempre bien limpio porque la leche no tiene ningún conservante. Hay, por tanto, que limpiar bien el recipiente, no vale con aclararlo un poco, para que no puedan crecer las bacterias. Les va a durar la leche lo mismo que en la botella que damos nosotros, pero más barata, porque no tienen que comprar el envase.
- ¿Se puede comprar la cantidad que uno desee?
-Desde diez céntimos a la que tú quieras. El litro sale a un euro.
- ¿Cuánto cabe en la máquina?
-A las máquinas se traen unos depósitos de 280 litros, que puedes llenar con la cantidad que tu quieras, nunca más claro, porque no cabe, pero sí menos, lo que consideres que vas a consumir diariamente. Sacas el recipiente vacío lo llevas, allí se limpia y ya está apta para poderse servir. La máquina cuenta con un sistema que detecta los fallos de funcionamiento y si por ejemplo en algún momento la temperatura ha subido más de la cuenta, el aparato no sirve la leche al consumidor, devuelve el dinero y nos avisa con un mensaje al teléfono móvil.
- ¿Qué tal en este primer día?
-La primera tarde estuvimos dando al probar la leche a la gente, y muchos ciudadanos, cuando salieron de hacer la compra en Eroski se la llevaban fresca a casa. La gente lo dice, que el sabor le recuerda a los años cuando tomaba leche de verdad. Notan que es leche directa de la granja, que no ha tenido ningún proceso industrial, nos lo están diciendo. Yo realmente no noto nada, porque es la leche que he tomado toda la vida de la granja, y no lo aprecio.
-Son toda una saga familiar.
-Estamos mi hermano, que tiene 52 años, yo, que tengo 48 años, y los chavales, que son el futuro. Por ello apostamos. Tenemos la explotación en Santa Clara de Avedillo, con 110 vacas en ordeño y en total, con recría hay unas 210.
- ¿Es suficiente con una máquina?
-Lo suyo es que hubiera máquinas en los barrios, aunque es muy difícil conseguir utilizar suelo público para colocarlas en aceras. Lo ideal sería tener un mínimo de cuatro máquinas en Zamora, para cubrir norte, sur este y oeste al menos. De momento estamos empezando.
Santa Clara de Avedillo, 48 años
Antonio García García es uno de los dueños de la explotación familiar de Santa Clara de Avedillo, junto con su hermano y los hijos de ambos, que se ha lanzado a la aventura de instalar un expendedor de leche fresca en la capital. Una idea novedosa en Zamora, pero que ya está funcionando con éxito en otros puntos del país, sin ir más lejos la vecina Salamanca. La venta directa al consumidor es una fórmula para sacar mayor rendimiento a la leche, basada en la oferta de un producto totalmente natural, diferente al que pueden ofrecer las marcas envasadas. La idea es poner más puntos de venta si todo va bien.
-Acaban, prácticamente, de empezar.
-La máquina se descargó el viernes y el pasado lunes entró en funcionamiento a las cuatro de la tarde.
- ¿Por qué se lanzaron a la aventura?
-Como sabemos todos, el momento que estamos pasando en la ganadería, de vacuno al menos, es muy malo, te enteras de que estas cosas funcionan y tomas una decisión. Esto se puso en marcha en Italia desde hace años y se han ido extendiendo por Cataluña y otros lugares. Somos seis, dos matrimonios con nuestros hijos, los que trabajamos en la granja y decidimos todos juntos intentar salir adelante con una cosa de estas. Y bueno, después de mirar un cierto tiempo y de pasar muchas penurias con las administraciones para conseguir los permisos y todas estas cosas, por fin ha llegado el momento y estamos aquí de cara al público para intentar que la gente, a su justo precio, se lleve la leche con su justa calidad.
-Leche de vaca «de verdad».
-Es leche directa de la granja, ordeñada diariamente, pasteurizada diariamente. Automáticamente la subes en la granja en una furgoneta refrigerada y viene para acá sin romper nunca la cadena de frío.
- ¿Hay que traer el envase?
-El consumidor tiene la posibilidad de adquirir aquí una botella de litro por veinte céntimos o traerse el recipiente de casa, que aconsejamos, siempre bien limpio porque la leche no tiene ningún conservante. Hay, por tanto, que limpiar bien el recipiente, no vale con aclararlo un poco, para que no puedan crecer las bacterias. Les va a durar la leche lo mismo que en la botella que damos nosotros, pero más barata, porque no tienen que comprar el envase.
- ¿Se puede comprar la cantidad que uno desee?
-Desde diez céntimos a la que tú quieras. El litro sale a un euro.
- ¿Cuánto cabe en la máquina?
-A las máquinas se traen unos depósitos de 280 litros, que puedes llenar con la cantidad que tu quieras, nunca más claro, porque no cabe, pero sí menos, lo que consideres que vas a consumir diariamente. Sacas el recipiente vacío lo llevas, allí se limpia y ya está apta para poderse servir. La máquina cuenta con un sistema que detecta los fallos de funcionamiento y si por ejemplo en algún momento la temperatura ha subido más de la cuenta, el aparato no sirve la leche al consumidor, devuelve el dinero y nos avisa con un mensaje al teléfono móvil.
- ¿Qué tal en este primer día?
-La primera tarde estuvimos dando al probar la leche a la gente, y muchos ciudadanos, cuando salieron de hacer la compra en Eroski se la llevaban fresca a casa. La gente lo dice, que el sabor le recuerda a los años cuando tomaba leche de verdad. Notan que es leche directa de la granja, que no ha tenido ningún proceso industrial, nos lo están diciendo. Yo realmente no noto nada, porque es la leche que he tomado toda la vida de la granja, y no lo aprecio.
-Son toda una saga familiar.
-Estamos mi hermano, que tiene 52 años, yo, que tengo 48 años, y los chavales, que son el futuro. Por ello apostamos. Tenemos la explotación en Santa Clara de Avedillo, con 110 vacas en ordeño y en total, con recría hay unas 210.
- ¿Es suficiente con una máquina?
-Lo suyo es que hubiera máquinas en los barrios, aunque es muy difícil conseguir utilizar suelo público para colocarlas en aceras. Lo ideal sería tener un mínimo de cuatro máquinas en Zamora, para cubrir norte, sur este y oeste al menos. De momento estamos empezando.
Santa Clara de Avedillo, 48 años
Antonio García García es uno de los dueños de la explotación familiar de Santa Clara de Avedillo, junto con su hermano y los hijos de ambos, que se ha lanzado a la aventura de instalar un expendedor de leche fresca en la capital. Una idea novedosa en Zamora, pero que ya está funcionando con éxito en otros puntos del país, sin ir más lejos la vecina Salamanca. La venta directa al consumidor es una fórmula para sacar mayor rendimiento a la leche, basada en la oferta de un producto totalmente natural, diferente al que pueden ofrecer las marcas envasadas. La idea es poner más puntos de venta si todo va bien.