JOSE EMMANUEL RECORRE EL CAMINO DE CHE GUEVARA.
Me motivan mucho los pueblos que están sufriendo pobreza, miseria, calumnia o los pueblos oprimidos. Sinceramente es algo que siento mucho, muy desde dentro. Y lo siento precisamente por ser latino y por venir de una historia vivida muy similar”.
"Uno intenta hacer lo que puede", dice José Emmanuel, un joven argentino de 23 años que ha decidido sumarse a las filas rebeldes que combaten a las fuerzas del coronel Muamar Gadafi en Libia. En tono decidido, explica: " Estamos en dirección a Sirte. Me estaban comentando que hay puestos de control, como checkpoints del ejército rebelde, pero que hay un pueblito donde hay una pequeña resitencia de los grupos de Muamar Gadafi. Después de este pueblito, continúan estando los rebeldes, pero en este caso el ejército rebelde, no los voluntarios del ejército rebelde".
Escuche la entrevista con José Emmanuel
Su mirada fija delata los ojos de un joven revolucionario. Se escuchan disparos al aire, una metralleta abre fuego en dirección al cielo: " En este momento ignoro si están celebrando o dando advertencia, pero disparan constantemente balas de calibre 14 mm. Todavía no estoy asustado. Lo estaré cuando las balas vengan de frente y no de arriba o de abajo hacia arriba", dice José.
José Emmanuel nació en Argentina, en 1988: "Tengo 23 años y gracias a Dios pude crecer en una familia donde la mentalidad era muy abierta, sobre todo en mis padres. Ellos fueron quienes me demostraron las realidades que hay en el mundo y yo elegí intentar cambiarlas, aunque sea solamente colaborando con un grantio de arena".
Su figura trae a la memoria a Ernesto Ché Guevera, el legendario revolucionario argentino de la segunda mitad del siglo XX. José Emmanuel quiere también cambiar el mundo: " He sido voluntario en otros países donde han habido sufrimientos muy similares al de Libia. Me encantaría poder cambiar el mundo, pero sé que no puedo hacerlo. Quiero ayudar a las personas para que sientan que de a poquito entre todos lo podemos cambiarlo".
Hace pocas horas, el jefe del Comando África de Estados Unidos, general Carter Ham, dijo que "es poco probable que las fuerzas rebeldes de Libia logren derrocar al régimen del coronel Muamar Gadafi".
Ham estima que los ataques aéreos lanzados por la coalición internacional el 19 de marzo permitieron "reducir de manera significativa" la capacidad del régimen de apuntar contra los civiles, con excepción de la ciudad de Misrata. Esta ciudad está bajo el control de los rebeldes, pero es víctima de los ataques de las fuerzas leales al régimen.
"Sí, estoy yendo al campo de batalla sin chaleco antibalas y sin casco. Primero porque no los tengo. Segundo: porque no he encontrado la plata para comprarlo. Y tercero: si en algún momento tengo que morir, voy a morir teniendo eso o sin tenerlo", aseguna José Emmanuel.
Lo dice con un tono de voz claro, con unas palabras propias de la gramática de un joven idealista: " Con el calibre con el que está atacando el ejército de Gadafi, difícil salvarse de una de esas balas, incluso teniendo un chalecto antibala y un casco, es lo que creo".
"Mi idea en el frente de batalla es sacar fotos, filmar, escuchar los comentarios de la gente. Muchos de los soldados que están ahí son de las ciudades tomadas por los ejércitos de Gadafi. Y ellos pelean solamente para recuperar su hogar, donde vivían tranquilamente. Son los testimonios que más nos interesan. Me gustaría mostrárselos a la mayor cantidad de personas", explica el joven argentino.
La metralla vuelve a escucharse. Camino de Sirte, los rebeldes cantan. Dice José Emammnuel que "mi trabajo es como voluntario. Mi idea es proporcionar a cualquiera que necesita de la información que dispongo, para que el que tenga los medios lo haga más público que lo yo pueda llegar a hacerlo".
"Tampoco he recibido dinero de ninguna organización", explica. "La verdad que hago esto como un voluntariado. He recibido dinero, pero de mi padre".
" ¿Qué están pensando mis padres acercad de esto? Como todo padre o madre, supongo que están muy asustados y preocupados. Pero a la vez espero que orgullosos porque a mi entender no es algo malo lo que estoy haciendo", concluye el joven rebelde.
Me motivan mucho los pueblos que están sufriendo pobreza, miseria, calumnia o los pueblos oprimidos. Sinceramente es algo que siento mucho, muy desde dentro. Y lo siento precisamente por ser latino y por venir de una historia vivida muy similar”.
"Uno intenta hacer lo que puede", dice José Emmanuel, un joven argentino de 23 años que ha decidido sumarse a las filas rebeldes que combaten a las fuerzas del coronel Muamar Gadafi en Libia. En tono decidido, explica: " Estamos en dirección a Sirte. Me estaban comentando que hay puestos de control, como checkpoints del ejército rebelde, pero que hay un pueblito donde hay una pequeña resitencia de los grupos de Muamar Gadafi. Después de este pueblito, continúan estando los rebeldes, pero en este caso el ejército rebelde, no los voluntarios del ejército rebelde".
Escuche la entrevista con José Emmanuel
Su mirada fija delata los ojos de un joven revolucionario. Se escuchan disparos al aire, una metralleta abre fuego en dirección al cielo: " En este momento ignoro si están celebrando o dando advertencia, pero disparan constantemente balas de calibre 14 mm. Todavía no estoy asustado. Lo estaré cuando las balas vengan de frente y no de arriba o de abajo hacia arriba", dice José.
José Emmanuel nació en Argentina, en 1988: "Tengo 23 años y gracias a Dios pude crecer en una familia donde la mentalidad era muy abierta, sobre todo en mis padres. Ellos fueron quienes me demostraron las realidades que hay en el mundo y yo elegí intentar cambiarlas, aunque sea solamente colaborando con un grantio de arena".
Su figura trae a la memoria a Ernesto Ché Guevera, el legendario revolucionario argentino de la segunda mitad del siglo XX. José Emmanuel quiere también cambiar el mundo: " He sido voluntario en otros países donde han habido sufrimientos muy similares al de Libia. Me encantaría poder cambiar el mundo, pero sé que no puedo hacerlo. Quiero ayudar a las personas para que sientan que de a poquito entre todos lo podemos cambiarlo".
Hace pocas horas, el jefe del Comando África de Estados Unidos, general Carter Ham, dijo que "es poco probable que las fuerzas rebeldes de Libia logren derrocar al régimen del coronel Muamar Gadafi".
Ham estima que los ataques aéreos lanzados por la coalición internacional el 19 de marzo permitieron "reducir de manera significativa" la capacidad del régimen de apuntar contra los civiles, con excepción de la ciudad de Misrata. Esta ciudad está bajo el control de los rebeldes, pero es víctima de los ataques de las fuerzas leales al régimen.
"Sí, estoy yendo al campo de batalla sin chaleco antibalas y sin casco. Primero porque no los tengo. Segundo: porque no he encontrado la plata para comprarlo. Y tercero: si en algún momento tengo que morir, voy a morir teniendo eso o sin tenerlo", aseguna José Emmanuel.
Lo dice con un tono de voz claro, con unas palabras propias de la gramática de un joven idealista: " Con el calibre con el que está atacando el ejército de Gadafi, difícil salvarse de una de esas balas, incluso teniendo un chalecto antibala y un casco, es lo que creo".
"Mi idea en el frente de batalla es sacar fotos, filmar, escuchar los comentarios de la gente. Muchos de los soldados que están ahí son de las ciudades tomadas por los ejércitos de Gadafi. Y ellos pelean solamente para recuperar su hogar, donde vivían tranquilamente. Son los testimonios que más nos interesan. Me gustaría mostrárselos a la mayor cantidad de personas", explica el joven argentino.
La metralla vuelve a escucharse. Camino de Sirte, los rebeldes cantan. Dice José Emammnuel que "mi trabajo es como voluntario. Mi idea es proporcionar a cualquiera que necesita de la información que dispongo, para que el que tenga los medios lo haga más público que lo yo pueda llegar a hacerlo".
"Tampoco he recibido dinero de ninguna organización", explica. "La verdad que hago esto como un voluntariado. He recibido dinero, pero de mi padre".
" ¿Qué están pensando mis padres acercad de esto? Como todo padre o madre, supongo que están muy asustados y preocupados. Pero a la vez espero que orgullosos porque a mi entender no es algo malo lo que estoy haciendo", concluye el joven rebelde.