La versión de Luis Bárcenas, exsenador y extesorero nacional del PP, sobre cómo una cadena de confusiones y conclusiones erróneas le había atribuido una cuenta en Suiza y había alargado su imputación en el caso Gürtel se desmoronó ayer como azucarillo en agua. El auto del juez del caso difundido a mediodía resulta en sí demoledor al relatar cómo el hombre que manejaba las cuentas del PP era beneficiario último de una cuenta suiza. Y cómo esa cuenta llegó a albergar 22 millones y fue vaciada en 2009, una vez declaró ante el Supremo como imputado. Pero si el auto es demoledor los papeles de Suiza en que se basa son dinamita: constatan que Bárcenas tenía más cuentas en ese país –o que eso le dijo al banco- y que en España desarrollaba una amplia y próspera actividad privada con negocios de arte y participación en nueve empresas españolas del sector financiero, inmobiliario y de producción audiovisual. Y en una argentina de producción agrícola. "Tiene otras tres grandes cuentas en Ginebra", escribió un empleado del Dresdner Bank en noviembre de 2011, cuando Bárcenas se mostró "muy interesado" en crear una fundación panameña que pudiera constar como titular de una cuenta. En efecto, la titular de la cuenta es una fundación panameña, llamada Sinequanon y propiedad de una sociedad domiciliada en el paraíso fiscal de Bermudas