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SANTA CLARA DE AVEDILLO: S. RAMOS. Corrales, El Ayuntamiento de Corrales rinde...

S. RAMOS. Corrales, El Ayuntamiento de Corrales rinde homenaje en su boletín informativo mensual al ilustre jurista y politólogo español Manuel García Pelayo, un ilustre corralino del que este año se cumple el centenario de su nacimiento. García Pelayo nació en Corrales, de donde procedía la familia de su padre, un 23 de mayo de 1909, relata la publicación corralina, y fue bautizado en la parroquia de Santa María Magdalena con cuatro nombres: Manuel, Bernardo, Luís y Ambrosio. Su padre era un militar destinado en el Regimiento Toledo de la capital zamorana. En Zamora cursó los estudios primarios, y el bachillerato en el instituto «Claudio Moyano». Posteriormente se licenciaría en Derecho en la Universidad Central de Madrid, en 1933. Viajó a la capital austriaca, Viena para doctorarse, y regresó a España a finales de 1935, para incorporarse a la Cátedra de Filosofía del Derecho. Cuando estalla la Guerra Civil en 1936, lucha en el bando republicano, mientras su padre y su hermano lo hacían en el bando nacional. Tras luchar en gran cantidad de batallas, obtendría el rango de capitán en la Plana Mayor.
Cuando acaba la contienda es recluido en un campo de concentración hasta 1941, y tras su liberación se casa con Mercedes Velásquez Fernández-Pimentel. En 1947 trabaja como profesor del Instituto de Estudios Políticos de Madrid.
En 1951 ejerce como abogado en Argentina, mientras daba clases de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, posteriormente de 1954 a 1958 trabaja como profesor en la Universidad de Puerto Rico, después se traslada a Venezuela, donde fundó el Departamento de Ciencia Política de la Universidad Central de Venezuela y el Instituto de Estudios Políticos.
En 1980, el rey Juan Carlos I le invitaría a formar parte del Tribunal Constitucional de España, fue elegido presidente de ese órgano desde 1980 hasta 1986, fecha en la que dimite de sus cargos sin cumplir el periodo de nueve años que prevé la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.
Protagonizó una de las decisiones más polémicas de cuantas ha vivido el Tribunal Constitucional desde su creación, en 1979, sobre expropiación, por parte del Gobierno y razones de utilidad pública e interés social, de los bancos y otras sociedades que componen el Grupo Rumasa. Fue el voto de calidad de Manuel García Pelayo como presidente el que inclinó la decisión de declarar la constitucionalidad de la medida adoptada por el Gobierno de Felipe González, la decisión de García Pelayo fue duramente criticada, sobre todo tras el apoyo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a la causa de Ruiz-Mateos, y dio pie a hablar de la politización del Tribunal Constitucional.
El constitucionalista, profesor y ensayista visitó Corrales del Vino, su tierra, en marzo de 1985 con ocasión de un hecho luctuoso para la familia. En 1987 regresó de nuevo a Caracas (Venezuela) donde falleció a los 82 años, el 25 de febrero de 1991, tras una larga enfermedad. Dejaría una extensísima obra sobre cuestiones jurídicas, políticas e históricas, convirtiéndose en un referente jurídico de gran prestigio, es autor de una obra fundamentalmente, de Derecho Constitucional Comparado, en su bibliografía se registran títulos tan importantes como «Derecho Constitucional», «Del mito y de la razón en la historia del pensamiento político» y «El estado de partidos». Destacados catedráticos han resaltado la «elegancia intelectual», en todo momento, del autor de «Los mitos políticos».

Las expresiones más corralinas
El último boletín informativo municipal de Corrales refleja algunas de las expresiones del «Vocabulario Corralino» recogido por Ángel Sastre Leal, quien ha recopilado términos típicos de la comarca, caso de «estafermo», que se aplica a las personas de escasa vivacidad o «frescachona», que define a las mujeres altas y de buen porte.
El vocabulario recoge términos como «engariñir», que es cuando el frío de las manos impide mover las yemas, «engarrio» (niño o jovencito canijo), «enzafurniar» (manchar alguna cosa), «esbaratar» (estropear algo), «escalabrar» (hacer una herida en la cabeza con una piedra) y «escarranchar» (abrirse de piernas). Un «escotero» es la persona que viaja sin equipaje, la «escupiña» es la saliva, «esmurriar» es caerse y hacerse una herida en la cabeza, «espeluciar», alborotar el pelo, «estercar» abonar una finca, «estrechar» apretujar y un esguardamillado, una persona cansada.