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SANTA CLARA DE AVEDILLO: S. RAMOS. Villanueva de Campeán, La recolecta de uva...

S. RAMOS. Villanueva de Campeán, La recolecta de uva en Tierra del Vino consiguió ayer unir en torno a este trabajo hasta tres y cuatro generaciones diferentes: abuelos, hijos, nietos y biznietos doblaban al unísono el espinazo apoyados por tíos, sobrinos y amigos que aprovechando el fin de semana completaban las grandes cuadrillas que desde bien temprano recorrían los pagos de vides para recoger el fruto sin perder un solo instante. Sobre las viñas se constataban las predicciones que ya hiciera el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen «Tierra del Vino», Juan Miguel Fuentes: «Este año va a haber una cosecha excelente, tanto de tinta como de blanca. Y la producción en relación a la añada de 2008 se superará entre un quince y un veinte por ciento».
Los trabajos de vendimia en la zona de la Denominación de Origen giran principalmente en torno al núcleo familiar, lejos todavía de la contratación de grandes cuadrillas de trabajadores, aunque también se hace necesaria en determinados momentos con sueldos que oscilan alrededor de 45 euros por una jornada en la que el rendimiento de cada vendimiador se estima en la recolecta de cerca de 700 kilos de fruto.
Desde las ocho de la mañana, todavía con el rocío en la viña, empiezan los trabajos de recolección «porque con estas temperaturas son las mejores horas para trabajar», comentan los vendimiadores. Poco después del mediodía, entre doce y media y una se hace un alto en el trabajo para almorzar en la misma viña. Luego prosigue la tarea hasta la hora de comer, cuando los vendimiadores optan ya por regresar a casa para descansar un rato y evitar las horas de más calor. Por la tarde, y con los remolques cargados, los tractores llegan a las bodegas donde la presencia de los veedores es fundamental para garantizar la entrada de la uva con los requisitos óptimos. Unos controles que no se establecen para las personas que a título particular hacían ayer su vendimia con la que más tarde elaboran el vino propio, «el que bebemos a lo largo del año».
Las cuadrillas de particulares no tienen tampoco otras obligación que sí deben cumplir los viticultores que venden uva a la Denominación de Origen, como por ejemplo utilizar cajas especiales para la recolecta del fruto, que una vez metido en bodega va directamente a la despalilladora, y más tarde a los depósitos de acero en el caso de la tinta. «Sin embargo, la blanca, de la despalilladora llega a la prensa y de ahí a los depósitos», explica Fuentes.
El mosto tendrá que pasar entre treinta y cuarenta días macerando en frío hasta que los bodegueros deciden, de acuerdo al tipo determinado de vino que pretenden conseguir, el procedimiento más adecuado, bien sea vino joven, crianzas o reserva, calificaciones cuyos nombres van cambiando según las modas, aunque básicamente responden a caldos con mayor o menor grado de envejecimiento.
A principios de año el vino ya está preparado para embotellar y etiquetar. Y lo más difícil, venderlo, el objetivo primordial de todo el proceso para los que se dedican profesionalmente a ello. El problema fundamental es que la crisis económica ha pillado al sector del vino con el pie cambiado y mucho vino aún de otros años en bodega. «La gente compra mucho menos vino y la exportación nos está matando», resume en presidente. Y como siempre los precios de la uva son uno de los grandes caballos de batalla. Se puede estimar en unos treinta céntimos lo que se paga por el kilo de uva, unos cinco céntimos por encima del año anterior, aunque como siempre, la pugna entre oferta y demanda está siempre abierta.
Problemas económicos aparte, acercarse a Tierra del Vino el época de vendimia es todo un espectáculo para los amantes de los paisajes vivos.