Sobre la ladera de Peña
Castillo y a 900 metros de altitud se alza
Santa Cruz de los Cuérragos, en plena
Sierra de la Culebra. Es prácticamente frontera con
Portugal y aquí los móviles si cogen
señal es del país luso. Se trata de un pequeño
pueblo con todas las características de la zona.
Casas de
piedra,
tejados de pizarra y
balcones de madera se han conservado aquí formando un bello pueblo que nos traslada casi en el tiempo. Está considerado bien de interés cultural y conjunto etnólogico. Hay que pasear por sus estrechas
calles con calma para no desentonar con el espíritu que desprende el pueblo. Allí nos salió al encuentro Trona, una preciosa perra que nos hizo compañía durante un rato. Aunque el pueblo está casi deshabitado parte del año, se pueden apreciar los esfuerzos que se están haciendo para restaurarlo y conservar esta parte de la
historia de la comarca. Este es un pueblo fronterizo en más de un aspecto, ya que además de con Portugal, las comarcas zamoranas de La Carballeda, Sanabria y Aliste confluyen aquí. La
iglesia de La Santa Cruz fue en otro tiempo
parroquia, testigo de la vida de un pueblo que aunque hoy no
albergue casi gente conserva fuerza en cada una de las
piedras que lo forman. Los
inviernos son aquí duros y largos y si dejamos volar la imaginación (solo un poco) es fácil pensar en frías
noches donde el sonido del viento y el aullido de los lobos es lo único que recorre este lugar parado en el tiempo que se esfuerza por no desaparecer. Esperamos que así sea.