Durante el mes de junio estuve en Toro, uno de los atractivos mayores era poder contemplar la portada románica de la Colegiata, pero no fue posible en toda su extensión, estaba casi oculta por la tramoya que tenían colocada los organizadores de las Edades del Hombre, que dicho sea de paso, aburren hasta lo indecible con sus muestras tan reiterativas y monotemáticas en todos los sitios donde acuden; por lo que a un servidor toca, no volveré a acudir a ninguna muestra de este tipo. Llevan cosas que, en buena parte ya has visto, pero además tapan lo interesante de aquellos lugares que quieres visitar, los hacen en inmuebles distintos, te cobran, hay que hacer colas y las explicaciones son parcas.
La Colegiata, sin embargo una vez pasado el evento de masas, merece una visita sosegada, lo mismo que otros templos de la ciudad de Toro.
La Colegiata, sin embargo una vez pasado el evento de masas, merece una visita sosegada, lo mismo que otros templos de la ciudad de Toro.