Digo que, efectivamente, de la iglesia que véis en la foto adjunta sólo queda la espadaña. Es para mí una iglesia amada. En ella fui monaguillo cuando todavía casi no podía con aquel misal inmenso escrito con caracteres artísticos sobre todo en en rojo durante muchos años tanto con Don Jacinto como con Don José ( El Negrito, de Santa María ) y algún otro que vino desde Morales de forma ocasional y temporal; en ella canté misas y misas de réquiem o difuntos, mano a mano con el sacerdote correspondiente ... (ver texto completo)