¡que pena de fiestas! el domingo parecia un pueblo fantasma, para ir a la verberna se necesitaba un palito de esos que usan lo ciegos para caminar o en su falta un candil, para bailar es necesario llevar las catiuscas y el abrigo porque en la pradera hacia un frio que la pelaba, y pisabas las moñigas de las vacas. ¡os habeis cargao la fiesta! una turista de un pueblo vecino que deja las vacaciones para las fiestas de venialbo.