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I. GÓMEZ Venialbo, como tantos pueblos zamoranos y muy especialmente de la Tierra del Vino, tiene en sus bodegas uno de los más señeros elementos de la arquitectura castellana. Con el objetivo de ensalzar estas construcciones, el Ayuntamiento de Venialbo ha realizado este año una obra de acondicionamiento en el barrio de las bodegas consistente en el reforzamiento de los muros de contención con piedra de la zona.
La actuación ha mejorado ostensiblemente la imagen de las calles y el teso sobre los que se asientan las bodegas. Mientras en muchos pueblos las bodegas se han convertido en todo un problema por el abandono, el peligro de derrumbe o inundaciones, Venialbo se propone todo lo contrario. Que estas construcciones formen parte de la vida del pueblo y sean elementos dinamizadores tanto desde el punto de vista social como también turístico. «El teso de las bodegas es un enclave privilegiado, un balcón a la zona deportiva, a las praderas o el arroyo Talanda», explica el alcalde de Venialbo, Jesús Vara.
«En años anteriores se han venido haciendo mejoras y queremos seguir en esa línea de recuperación de una zona muy típica y frecuentada por los vecinos porque son muchos los que usan las bodegas para reuniones familiares, encuentros de amigos, las peñas etc». Aunque la época de más concurrencia es el verano, también muchos fines de semana se abren las puertas de las bodegas. Según el alcalde, en Venialbo se conservan más de un centenar de estas construcciones, de las cuales más de la mitad están acondicionadas para el uso y disfrute de sus propietarios.
La obra forma parte del conjunto de actuaciones que han realizado los nueve trabajadores (ocho peones y un oficial) contratados por el Ayuntamiento a través del Régimen Especial Agrario, subvencionado por Inem y Junta. En próximas actuaciones el Ayuntamiento se propone completar los muros de piedra y reformar el alumbrado con farolas típicas.
La actuación ha mejorado ostensiblemente la imagen de las calles y el teso sobre los que se asientan las bodegas. Mientras en muchos pueblos las bodegas se han convertido en todo un problema por el abandono, el peligro de derrumbe o inundaciones, Venialbo se propone todo lo contrario. Que estas construcciones formen parte de la vida del pueblo y sean elementos dinamizadores tanto desde el punto de vista social como también turístico. «El teso de las bodegas es un enclave privilegiado, un balcón a la zona deportiva, a las praderas o el arroyo Talanda», explica el alcalde de Venialbo, Jesús Vara.
«En años anteriores se han venido haciendo mejoras y queremos seguir en esa línea de recuperación de una zona muy típica y frecuentada por los vecinos porque son muchos los que usan las bodegas para reuniones familiares, encuentros de amigos, las peñas etc». Aunque la época de más concurrencia es el verano, también muchos fines de semana se abren las puertas de las bodegas. Según el alcalde, en Venialbo se conservan más de un centenar de estas construcciones, de las cuales más de la mitad están acondicionadas para el uso y disfrute de sus propietarios.
La obra forma parte del conjunto de actuaciones que han realizado los nueve trabajadores (ocho peones y un oficial) contratados por el Ayuntamiento a través del Régimen Especial Agrario, subvencionado por Inem y Junta. En próximas actuaciones el Ayuntamiento se propone completar los muros de piedra y reformar el alumbrado con farolas típicas.