En chiqueros distintos van sin saber donde. Rumiando o al menos recordando los días de primavera junto al del chiquero de al lado. El de pelaje castaño desmaído baja la testa y roza con los cuernos en las tablas del cajón donde se encuentra, quisiera sentirse libre como en los días de primavera. Poder escrutar en el viento el olor de las hembras. Medir sus cuernos con sus hermanos, sobre todo con el jabonero, que quedó en la dehesa. A espaldas del Monruelo el ruido infernal de los motores. El camión ... (ver texto completo)