El viento azota las
espadaña de la
iglesia. La
Veleta se mueve inquieta, ante el ventarrón. Los nubarrones pasan, dejando escasas gotas de
lluvia. Dentro de la nave del templo, se escucha el silbido del viento. Que roza con agresividad las
campanas. Los canceles cerrados, parecen custodiar a las silenciosas imágenes. Que estáticas, dejan que pase el tiempo. Diferente es la imagen del
Cristo de los legionarios. Por aquellos lares, en
Málaga. Al son, de la canción que se creara para la cabaretera.
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