Dónde habrá llevado el viento aquellos pétalos rojos de las amapolas, y sus diminutas semillas. El nido vacío donde se crió el gorrióncillo. ¿Estará esperando que algún otro pajarillo se acerque el año que viene a poner allí su nidada? Mientras tanto, sigue cayendo la lluvia en el camino de las Carretas, y en los lindones del camino el Bayonal. Se mojan las diminutas pero bellas flores blancas de las espineras, sus hojas permiten que resbale el agua por los tallos con espinas. No lejos de allí, en ... (ver texto completo)