Magnífico
retablo presidido por la imagen de la Inmaculada, talla del siglo XVI. Consta de dos cuerpos y banco, adornado con anchos frisos, guarniciones sobre tableros y
columnas exquisitamente adornadas. Contiene ocho tablas pintadas, fechadas en 1536, con temas marianos y de otras
santas, con influencias de la
escuela de Berruguete.