Luz ahora 0,12483 €/kWh

VILLALPANDO: No era justificar una actitud, más bien criticarla....

No era justificar una actitud, más bien criticarla. Basaba mi comentario de qué candidato que pudiendo utilizar en su propio beneficio un puñado de votos no lo hacía, en lo siguiente: Que muchos ayuntamientos están bajo sospecha de corrupción no sólo lo prueba, como un ejemplo, el del municipio de Marbella, con su ex alcalde en prisión, sino las recientes encuestas de opinión al respecto. Los ayuntamientos no salen bien parados. Y cada uno da el pelotazo donde puede, unos en el ladrillo, otros en las recalificaciones, otros en el enchufe, la mordida, etc.
Que todos no son iguales, está claro y es de agradecer. Todavía, gracias a Dios, hay gente que se dedica a la política para servir a los demás, no para servirse de los demás. Precisamente la clase política, la alta política, ahora, está dejando mucho que desear, a mi entender. Pero yo no me refiero a esa clase de gente. Me refiero al trepa, al que hace de la política su medio de vida, y que lucha para no perderla, y que fuera de ahí no tienen nada más que hacer que engrosar las listas del paro, o poco más. Esto vale también para algún sindicalista, de esos liberados que no dan ni palo al agua.
Dicho esto, me viene a la memoria lo de aquella señora de familia venida menos, (pero que muy a menos, por desgracia), que se mete en política, quizá por tradición familiar, incluso con toda la buena intención de trabajar por los demás y hacer cosas buenas, y obtiene la alcaldía de su pueblo. Y ve que las cosas le empiezan a cambiar en lo económico, y las penurias para llegar a fin de mes y sacar a su prole adelante desaparecen.
Mas adelante, precisamente por ser alcalde, es nombrada presidenta de una entidad residencial, y a la vez esa entidad residencial la contrata a ella, (paradojas de la vida), como gerente, con alta y cotización a la Seguridad Social, lo que andando el tiempo la hace acreedora de gozar de una pensión de jubilación como a cualquier trabajador con derecho a tal.
Bien, pues este ejemplo de político, es el del clásico vividor de la política, y no digo que sea delito, no me atrevo a juzgarlo como tal, pero si una inmoralidad valerse del cargo político en beneficio propio. Es el que si puede no se va del sillón de mando ni con agua hirviendo, y es capaz de todo, (hasta de utilizar otros votos para él, si puede, porque le va mucho en el lance), con tal de seguir, no ya solo ejerciendo el mando, porque además les gusta ser caudillos de sus territorios, sino por el bienestar que supone a sus vidas una buena posición económica, consecuencia de su cargo.
Yo lo veo así de claro. Lo podremos vestir con el mejor traje de la democracia, pero en el fondo no dejarán de ser unos vividores y aprovechados de la política, (sí, sí, y muy hábiles para obtener la confianza y comprensión de sus votantes); porque que uno esté una legislatura o dos, en un cargo público, pues tiene pase, pero el que lleva treinta años en el cargo, y pasa de los 75 años de edad, y sigue, o poco trabaja o mucho cobra. Una de dos. M.A.P. (Copiado de villalpandinos.com).